viernes, 14 de diciembre de 2007

SECRETOS PUBLICADOS


No quisiera parecer como el amigo de la derecha, pero es que desde hace unos días tengo una duda que me atormenta: si un Juez declara el "secreto de sumario" (lo que se supone que hace para poder investigar sin interferencias y para evitar desapariciones de pruebas), ¿me puede explicar alguien por qué cada día aparecen publicadas en la prensa todas y cada una de las pesquisas de uno de los más recientes escándalos de corrupción, conocido como el caso Totana?
Cada día leo algo de ese sumario declarado secreto en la prensa: conversaciones telefónicas intervenidas, contenido de documentos, resultado de registros, cantidades de dinero encontradas en domicilios y muchas más cosas.
Si la ley, según creo, establece sanciones para aquellos que violen el secreto del sumario, ¿no se le ha ocurrido a nadie (al Juez que tramita ese sumario, o al Fiscal, o a alguno de los abogados que defienden a los imputados, o al PP), abrir, o pedir que se abran diligencias para saber quién mete las narices donde no debe o quién filtra las informaciones?
Si el secreto del sumario es de los de verdad (o sea, secreto para todos, incluidas las partes), sólo se me ocurre pensar que o hay un espía en el Juzgado, o es el propio Juzgado el que va pasando las informaciones.
Siempre he creído que las instituciones jurídicas están para algo, que tienen una finalidad o alguna utilidad, porque si no fuera así ¡pues ya me contarán qué ganas de complicar la vida!
Ergo, si el secreto del sumario tiene que servir para algo, que alguien haga algo para que se cumpla; y si no tiene que servir para nada, pues lo mejor es que se suprima, pues de lo contrario se va a convertir en una arma de uso alternativo y arbitrario y, por tanto, injusta.
¿O no?

lunes, 3 de diciembre de 2007

HOMENAJE AL JUZGADO 11 DE MURCIA



Los Juzgados de Murcia están dando un muy buen ejemplo al resto de Juzgados de España. Sus Secretarios Judiciales están colgando webs con información interesante para los ciudadanos (ubicación del Juzgado, trámites, derechos, texto de Sentencias, etc).

Para muestra, la del Juzgado de Primera Instancia nº 11, que puede verse en http://secretariojudicial-banon.info/index.html.

Como puede verse en la foto, el edificio es de lo más resultón, lo que, unido a la utilización de las nuevas tecnologías, nos coloca (al menos en Murcia) al frente de la modernidad.

La lástima es que en España suele suceder algo muy curioso: si tenemos que ser modernos, entramos de lleno y, a veces, nos pasamos dos pueblos. Todo sea para impresionar a propios y extraños. No obstante, nuestro ímpetu suele quedarse a medias y olvida aspectos bastante básicos que nos colocan a la cabeza de los países occidentales menos desarrollados.

Veamos. Sin ir más lejos, el pobre Secretario Judicial de Murcia (Juan-Luis Bañón González), al dar las señas para encontrar el juzgado y no perderse uno en su búsqueda, advierte (de manera sensata y cabal) que para acceder a la primera planta no hay ascensor, y que en la sala de espera no hay aire acondicionado. Por tanto (sigue el Secretario Judicial), si a alguien le incomoda el calor o el exceso de humedad, que pida poder esperar en otras dependencias del juzgado que sí tienen climatización. Si alguien no se lo cree: http://secretariojudicial-banon.info/dondeesta.htm. ¡Qué diferencia con el juzgado de Sant Feliu de Guíxols! ¿Recordáis mi experiencia como testigo en un juicio que no se celebró? Ni aire, ni agua, ni sillas, ni nadie que nos avisase para poder ser previsores y llevar una cantimplora y un buen tapper.

Mi más sincero reconocimiento al Sr. Bañón como ejemplo de querer ayudar a los ciudadanos a pesar de las trabas que la Administración le pone. Sé que este homenaje llega un pelín tarde pues la iniciativa ganó un premio en 2006 (el premio Balanza de Cristal -me parece un nombre poco sólido para algo tan importante-). Pero no me importa: lo que está bien, está bien, y hay que proclamarlo cuando sea. La nota salió en:

http://www.laverdad.es/murcia/prensa/20070316/region_murcia/adjudicado-canta-ahora-internet_20070316.html

Y, por lo que veo, en Murcia cunde el sentido del humor entre los profesionales de la Justicia, pues navegando por la web del Juzgado Mercantil, si pulsamos la pestaña Ayuda veremos cómo se nos dice lo que allí hay. Para ir al grano:

http://www.juzgadomercantil.com/index.php/ayuda/.

Pues, nada, María, que tengo muchas ganas de deleitarme. Mi reconocimiento también para usted, y para todos los compañeros que le ponen tanto empeño.

jueves, 29 de noviembre de 2007

HOMENAJE A UN LIBRO

Así como de las cosas malas relativas a la Justicia uno tiene que andarse con cuidadado dando nombres (pues ya se sabe que la Justicia es muy fina y sensible, pero de reacciones virulentas), no hay que cortarse un pelo cuando se trata de cosas buenas.
Un buen amigo y abogado, Juan-Antonio Andino, acaba de publicar un (otro) libro: La aportación procesal de correspondencia entre letrados, publicado por Grupo Difusión.
El estudio (de unas 106 páginas), versa sobre el tratamiento jurídico que debería merecer (y que merece, según el autor) la aportación a un proceso civil de la correspondencia mantenida entre los abogados.
Desgraciadamente, la aportación de correspondencia entre abogados a un juicio (que está prohibida por las normas deontológicas de la abogacía) es una práctica bastante habitual (no sé si porque los abogados no tienen ni la más remota idea de lo que son las normas deontológicas, o si se debe a que se trata de abogados tan desesperados -por falta de pruebas, o de argumentos, o de conocimientos jurídicos, o de ganas de trabajar- que no tienen otra opción que acudir a tan reprobable práctica).
Y es que es muy fácil entrar en negociaciones con el abogado de la parte contraria, cruzarse borradres de posibles acuerdos, y, luego, romper las negociaciones, presentar una demanda y aportar esos borradores como pruebas acreditativas de verdades íntimas que tal vez nunca se reconocerían en un juicio.
Mal. Muy mal para esos pseudo-abogados. Eso es feo. Está prohibido por los Códigos Deontológicos y, además, de esa forma se van a cargar una actividad muy loable y propia de los abogados: alcanzar acuerdos que eviten los sufrimientos, gastos y riesgos para las partes de un juicio. Como se dice en lenguaje llano: si las negociaciones van a ser utilizadas como armas, que negocie otro, porque yo voy directamente a las armas, ya que el que pega primero, pega dos veces.
¿Cómo reaccionan los Colegios de Abogados? Pues sancionando (a veces, Juan-Antonio, no siempre) al abogado que hace esas cosas tan feas. Otra cosa es la sanción concreta que los Colegios de Abogados imponen. La sanción (como las penas) son siempre muy ilustrativas pues, además del efecto intimidatorio, nos demuestran cómo se valora una conducta. Esto es, cuanto mayor sea la sanción, más importante o digno de protección debe ser el bien jurídico que se pretende proteger. Por eso, sería interesante que en un ulterior estudio ampliatorio (como el que anuncia Andino en su libro) se analizase el tema de las sanciones efectivamente impuestas por los Colegios. Y voy más allá: sería interesante analizar incluso cómo se controla (si es que se hace) la ejecución de las sanciones impuestas por los Colegios. Y ya no digo más. Espero que Andino haga el trabajo y se lleve la gloria (que se la merece).
En su libro, Andino va más allá (como buen abogado que es). El autor no se queda con las declaraciones deontológicas (que son muy bonitas y rimbombantes-sobre el papel-). El autor, sabedor de que la sanción colegial no produce, prima facie, efectos en el juicio, se plantea qué ocurre con esa correspondencia robada de su ámbito reservado y presentada en el juicio. Porque lo indudable es que, si nadie hace nada, el fax, la carta o el contrato se meterán en el juicio y el Juez los tendrá como pruebas; y como los Jueces no son muy dados a tener en cuenta las normativas deontológicas (de los abogados, entiéndase), pues los valorará y puede que se base en ellos para darnos o quitarnos la razón.
Como decía, Andino se mueve en este ámbito ya judicial. El de los efectos y tratamiento de esos documentos dentro del procedimiento (lo que constituye, según creo, una verdadera novedad doctrinal). Y va el gran Andino y (otra vez como demostración de que además de gran estudioso es un buen abogado) se moja. Se moja dando abiertamente su opinión (siempre fundada en técnicas legales intachables). Y dice que esos documentos son prueba ilícita, o ilegal, o, cuando menos, un acto procesal de mala fe, analizando las consecuencias de todo ello (que, desde luego, comparto en su integridad). Y no sólo eso, sino que nos da pautas (intachables) acerca de cómo y cuándo alegarlo en el proceso.
Del estilo, sólo puedo decir que es directo, conciso y técnico. No hay paja ni circunloquios, ni antecedentes históricos ni divagaciones filosóficas.
En definitiva, Andino ha hecho un buen libro. Un libro práctico, útil, fácilmente leíble y, lo que es más importante: un libro que debería ser de lectura obligatoria para los abogados. Sólo así conseguiremos contribuir a la mayor dignificación de nuestra profesión.
Querido Juan-Antonio: aunque hayamos estado alguna vez en barcos contrarios, es de justicia reconocer tu gran aportación a nuestra profesión.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

¿QUE ESTA PASANDO AQUI? BABEL JURIDICO



Una de las frases más habituales entre los abogados cuando se les plantea un caso nuevo suele ser no entiendo nada.
Pues esto es lo que me está pasando al seguirlas noticias relacionadas con la justicia durante las últimas semanas.
Con carácter meramente enunciativo (pero no exhaustivo) podemos observar:
- el espectáculo malabar del Tribunal Constitucional español ante las recusaciones planteadas por el Gobierno y por el Partido Popular (yo recuso, tú recusas; yo me abstengo, tú no; un Magistrado que presenta una carta pero resulta que, según él, eso no es un documento; jueces recusados que participan en la decisión de si deben o no ser recusados; un Presidente que adopta una interpretación que, según él mismo, se aparta de los precedentes y, además, no tiene apoyo legal);
- un Juez que rebaja la pena a un agresor porque la agredida -antes de serlo- salió por la televisión en el programa El Diario de Patricia sin saber a qué iba y resulta que fue llamada por un ciber-amante que le expresó su amor;
- La Audiencia Nacional, al juzgar a dos chicos catalanes que quemaron unas fotos del Rey en público, les niega el derecho a usar un traductor cuando ellos querían expresarse en catalán (porque, según interpreta el Juez, la posibilidad de expresarse en otra lengua distinta del castellano y usar traductor está pensada para los que no hablan ni entienden el castellano); véase un resumen de lo sucedido en http://www.youtube.com/watch?v=DxnQ1M7zFF0
- ante los incidentes protagonizados por el Rey de España y el Presidente de Venezuela Hugo Chavez (el famoso ¡Por qué no te callas! http://fr.youtube.com/watch?v=Q8LjERqsXhM), y tras declarar Chavez que congela las relaciones con España, aparecen los miembros de la real academia de la diplomacia y dicen que eso, en realidad, no quiere decir nada nuevo, que ni quita ni pone nada al enfriamiento de las relaciones entre los países (hombre, yo diría que congelar es distinto que enfriar...);
- tras 5 años desde la catástrofe del Prestige, por el Juzgado de Corcubión que tramita el asunto han pasado ya 8 jueces distintos (y lo que te rondaré, morena);
- en el Ayuntamiento de Madrid, al parecer, se había instaurado un sistema de peajes para obtener ciertas licencias o para obtenerlas en tiepo récord (y va una mente iluminada -máximo responsable del Ayuntamiento- y se le ocurre proponer externalizar la gestión de las licencias, dando a entender que de esta manera los ciudadanos estarán alejados del maligno; jopeta, ¿pero no se nos ha enseñado siempre que los actos administrativos gozan de la presunción de legalidad por presuponerse que la Administración es imparcial y que sólo vela por el bien común?;
- el libro La soledad del juzgador, que versa sobre el juicio del 11-M y que ha sido escrito por la esposa del Presidente de la Sala de la Audiencia Nacional que ha juzgado el caso (Javier Gómez Bermúdez), ha salido a la venta 3 semanas después de publicarse la Sentencia y, el día de la presentación del mismo, ningún compañero del juez asistió a la presentación, a pesar de que habían sido especialmente invitados (¿cómo van a ir si en la foto de la portada sólo sale Gómez Bermúdez dando la impresión de que él fue el único Juez, el llanero solitario?). Para quien quiera leer una escrito bastante divertido (y no falto de razón) de un ciudadano quejoso, que se pase por la siguiente dirección:
No creo que se deba al escrito anterior, pero ahora resulta que el CGPJ (su Presidente) ha encargado una información previa sobre el libro por si se detecta algún tipo de funcionamiento anormal de la justicia. Pronto veréis la noticia por ahí.

Yo ya no entiendo nada. No sé interpretar las leyes. No sirve de nada lo que he estudiado y he creído a pies juntillas. No sé si fiarme del Tribunal Constitucional ni si para que me den la razón tengo que poner en la primera hoja de mis escritos conservador o progresista. No entiendo nada en esta inmensa torre de Babel jurídica donde cada uno va a su bola y dice y hace lo que le viene en gana sin tener en cuenta que de lo que se trata es de construir, todos juntos, una torre que nos lleve a un mundo mejor.

jueves, 11 de octubre de 2007

ASUMIR LOS ERRORES



Es difícil, y raro, asumir los errores, tanto los propios (responsabilidad por hecho propio) como los de otros de los que debemos responder (responsabilidad por hecho ajeno) bien porque colaboran con nosotros, bien porque lo hacen bajo nuestras órdenes (culpa in eligendo, culpa in vigilando).

Es difícil porque ello puede producir en nosotros mismos o en terceros una sensación de debilidad o de impericia de quien ha incurrido en el error; y es raro porque ante los errores generalmente se tiende a taparlos o a desviarlos para eludir posibles responsabilidades. Así actuamos los humanos, y los jueces también son humanos.

Sin embargo, el ser humano puede llegar a ser excepcional y una muestra de ello es el caso del Juez argentino Gustavo Antoun quien, tras reconocer que había cometido un error (propio o de su oficina judicial) en la tramitación de un asunto, declaró la nulidad de lo actuado y (al parecer, sin que nadie se lo haya pedido) se auto condenó en la misma resolución judicial y asumió en ella el pago a la persona perjudicada de los honorarios de su letrada. Sencillamente sorprendente. Para más información, puede visitarse http://www.diariodemadryn.com/vernoti.php?ID=80592


¿Cometen errores los jueces en el desempeño de sus obligaciones? Aunque la respuesta parece ser claramente afirmativa, creo que un análisis detenido de la cuestión nos llevaría, al menos, a matizarla.

Ciertamente, puede pensarse que un juez se puede equivocar al aplicar una ley, ya sea porque la elige mal o porque la interpreta mal.

También puede suceder que el juez se equivoque en la apreciación de los hechos, bien porque no haya tenido en cuenta algunos, bien porque el proceso de selección de los que considera relevantes no sea razonable.

Pero me asaltan dudas a poco que me plantee si el concepto de error/acierto judicial (o, lo que es lo mismo, la verdad judicial) es o puede ser un concepto relativo. O mejor dicho, un concepto exclusivo o peculiar del ámbito judicial. Veamos:

Tradicionalmente, se define el error como un “conocimiento equivocado de la verdad”. Si es así, ¿puede hablarse de una verdad legal o judicial? Un estudio empírico de la realidad judicial nos llevaría a dudar acerca de la existencia de “una única verdad”. Antes al contrario, un vistazo a la jurisprudencia (o incluso a la doctrina) sobre prácticamente cualquier materia jurídica nos llevaría a la conclusión de que pueden existir (y existen) varias verdades, en el sentido de que a un mismo problema se le pueden encontrar distintas (y a veces contradictorias) soluciones.

Esta peculiar situación de soluciones distintas para casos idénticos o similares me lleva a plantearme si, en realidad, el concepto de error/acierto judicial vendrá determinado, más que en función de una supuesta verdad intrínseca u ontológica, en función de si la sentencia ha sido o no confirmada por una instancia judicial superior. En otras palabras: una sentencia será errónea si resulta revocada por un órgano jerárquicamente superior (pues, precisamente, si la revoca es porque el tribunal superior considera errónea la del inferior), y, paralelamente, será acertada si resulta confirmada. De esta manera, parece como si la determinación de la verdad (y la determinación del acierto o del error en su apreciación) se delegase en órganos jerárquicamente superiores.

Por tanto, el concepto de verdad judicial se determinaría por criterios de autoridad y jerarquía.

Esta conclusión, sin embargo, choca con algunos obstáculos difíciles de sortear. A saber: ¿qué ocurriría en un supuesto en el que la sentencia no fuese recurrible?, ¿qué ocurriría si, aun siendo recurrible, las partes no quisieran, no pudieran o les hubiese precluido recurrir?

Para mantener la conclusión a la que he llegado, tal vez deberíamos aceptar que en estos casos de “no recurso” el legislador ha optado por delegar o aceptar la autoridad o jerarquía del último juez que haya decidido el caso (entre otras razones, porque la verdad declarada por ese juez será la única verdad declarada y, en su caso, ejecutable, nos guste o no).

Pero incluso en estos casos extremos planteados me pregunto si la sentencia firme puede someterse a un análisis jurídico crítico que ponga las cosas en su sitio y concluya si aquella es acertada o no. Sin duda, es así, y ejemplos de críticas devastadoras de sentencias los encontramos cada día (tómese, por ejemplo, cualquier Manual de Derecho Internacional Privado y se comprobará cómo quedan de mal parados los Tribunales españoles, según la doctrina, cuando tienen que aplicar estas especiales normas).

Huelga decir, por otro lado, que incluso entre los doctores de la Iglesia Jurídica faltan soluciones unívocas para los mismos problemas (lo cual, por si fuera poco, complica aún más mis disquisiciones).

Todo esto me lleva a pensar que la ya larga discusión acerca de la existencia de una verdad judicial (o formal) frente a una verdad material sigue (y seguirá) estando de plena actualidad, como una limitación más de las muchas que padecemos los humanos.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

¿IMPARCIALIDAD?



Estoy francamente desolado. Paseando por la web siguiente:
me encuentro con varias quejas presentadas por un ciudadano ante el CGPJ (una de ellas, la que cuelgo en este post) que son como para tirarse de los pelos, o por la ventana.
En la web citada, se pueden ver los videos a los que se alude en las quejas, videos en los que (si bien es cierto que con un audio nefasto) al parecer aparece una juez de un juzgado de violencia contra la mujer (fuera de la sala de vistas) instruyendo a una supuesta víctima de violencia de género (o doméstica, ya me hago un lío). La jueza, al parecer, le indica que vaya a hablar de su parte con cierta mujer (que resulta ser miembro de una asociación feminista que presta asistencia jurídica a víctimas), y le aconseja, asimismo, que alegue maltrato psicológico.
Para ponerle algo de humor al tema (¡y mira que es difícil!), diría que así cualquiera gana, y que eso es como jugar con las cartas marcadas. ¡Qué no daría un ciudadano -o un abogado- por saber cómo tiene que entrarle a un juez, qué alegar y con quién defendserse¡
Precedentes de esto (de jueces proactivos) ya los tenemos en España. Por citar uno, me viene a la memoria el gran juez Pascual Estivill, que aconsejaba a los acusados con qué buen abogado penalista tenían que defenderse (Piqué Vidal). Era infalible. Si el acusado seguía los consejos del juez respecto al abogado (y previa entrega de ciertas cantidades en metálico o por transferencia a Suíza), lo que antes era una prisión provisional se transformaba automáticamente en libertad y, luego, en archivo del caso.
Moraleja: hay que respetar y acatar las decisiones judiciales...aunque no se reflejen en una resolución judicial.
Recientemente, en la televisión se han pasado unos anuncios institucionales (no sé si del Instituto de la Mujer, o si de algún Ministerio) sobre violencia de género (o doméstica), y en ellos, tras relatar en unos segundos el infortunio de una mujer maltratada, se concluye: ella confió en la ley, y todo salió bien.
¡ay, ingenuos publicistas! Os recomiendo leer esta frase de Félix-María Pedreira González (Problemas fundamentales del delito de prevaricación judicial): las dificultades relativas a los límites del Derecho Penal no sólo se plantean con respecto al legislador, sino también con respecto al aplicador del Derecho, pues resulta obvio que de nada sirve el Ordenamiento jurídico más respetuoso con los derechos y garantías de los ciudadanos si en el momento decisivo los jueces y magistrados lo aplican a su antojo y en la más absoluta impunidad, algo que, lamentablemente, sucede con no poca frecuencia en la práctica.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

TODO ES LO MISMO: SILOGISMO, ORTOGRAFIA Y SINTAXIS (EL SUEÑO DE ALGUNOS JURISTAS)

1.- LA NOTICIA.
El caso se ha dado enla Audiencia Provincial de Valladolid. Su sección Segunda (penal) dictó sentencia condenando a un acusado. El acusado interpuso recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional al haber intervenido uno de los Magistrados de la sección anteriormente en la resolución de algunos recursos durante la instrucción de mismo caso. El Tribunal Constitucional le da la razón al acusado y obliga a la Audiencia Provincial a dictar nueva sentencia, pero por otros magistrados. Y así se hace, pero con la peculiaridad de que la nueva sentencia ha resultado ser idéntica en la redacción de los hechos, de los fundamentos de derecho, la sintaxis, los puntos y comas y el resto de la ortografía (obviamente, sí se cambiaron los nombres de los integrantes de la sección y el número de autos). Más información en:
2.- LOS COMENTARIOS.
¿Quién dijo que el silogismo judicial está de capa caída? Desde luego, debía ser algún ingenuo como yo porque la sentencia comentada pone de manifiesto que no es así.
La sentencia comentada demuestra que la ley es igual para todos, que la actividad judicial es mecánica (ante unos mismos hechos, una misma consecuencia jurídica), y que la ortografía y la sintaxis (que también son normas -de la Real Academia de la Lengua-) no son una excepción.
La Sentencia comentada es la prueba de que el relato de Borges Pierre Menard, autor del Quijote no es una fantasía, sino una realidad. No importa que estemos ante sujetos distintos cuyas vidas se desarrollan alejadas en el tiempo; siempre es posible reconstruir una historia idéntica, en cierto modo especular. La historia es distinta, pero es la misma, idéntica. Como las sentencias: son distintas (pues las han dictado jueces distintos en momentos distintos), pero son idénticas en todas sus páginas, puntos y comas.
Este, y no otro, es el sueño de algunos juristas: igualdad y seguridad jurídica.
Contra la desigualdad y la inseguridad: silogismo jurídico.

lunes, 17 de septiembre de 2007

¿DEBERÍAN LOS JUECES DECLARAR SUS BIENES?






A cualquiera de nosotros se nos llenaría la boca de frases épicas si tuviésemos que comentar o defender la necesidad de que la justicia (entendida como administración de justicia) sea independiente e imparcial.


Muchos dirán que esta no es una cuestión nueva, y que ya los textos constitucionales se encargan de proclamarlo (de hecho, la Constitución española ya lo hace al declarar en el art. 117 que La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la Ley).


También se dirá (de hecho, lo declaran tajantemente el Tribunal Supremo, el Tribunal Constitucional e incluso el Tribunal Europeo de Derechos Humanos) que existen mecanismos adecuados para preservar, precisamente, esas aúreas características de la función judicial (la independencia y la imparcialidad), como son los mecanismos de la abstención y la recusación (yo añadiría incluso la tipificación del delito de prevaricación judicial).


Tomando prestadas las palabras del TEDH, los institutos de la abstención y recusación tienen por objeto salvaguardar la apariencia de imparcialidad que debe caracterizar ala administración de justicia. Así, se ha declarado que Incluso las apariencias pueden tener importancia, pues pueden afectar a la confianza que los Tribunales de una sociedad democrática deben inspirar a los ciudadanos en general, y en particular a quienes son parte en el proceso (STEDH de 1 de octubre de 1982, caso Piersack; STEDH de 26 de octubre de 1984, caso De Cubre, y STEDH de 24 de mayo de 1989, caso Hauschildt).


No obstante, y visto lo que se ve por esos mundos de Dios, lo que planteo va más allá de lo que tenemos, de palabras bonitas y retórica académica. Lo que planteo es si sería conveniente reforzar esas apariencias mediante actuaciones preventivas y transparentes, como las que se siguen para los cargos políticos (pues ya sabemos que en muchos parlamentos -y el español no es excepción- los sres diputados deben presentar una lista o declaración de actividades y bienes).


Si esta medida de publicar (o al menos presentar) una lista de bienes se nos vende como un gran progreso en la lucha contra la corrupción y como bálsamo contra las sospechas, no entiendo por qué no podría trasplantarse la medida al ámbito judicial. Al fin al cabo, los jueces son tan servidores públicos (más, diría yo) como los políticos, y las funciones de aquéllos se extienden más allá en el tiempo que las de los políticos (el político hace la ley puntualmente, mientras que el juez la aplicará -o no- durante toda su vigencia).


Ya sé que hecha la ley, hecha la trampa, y que lo que es de uno puede aparecer a nombe de otro, y que hay cuentas bancarias en paraísos fiscales que no siempre se conocen. Pero por algún sitio se debe empezar. ¿O no?



jueves, 13 de septiembre de 2007

¿POR QUÉ LOS ABOGADOS NO SOMOS FELICES?



Muchas veces me lo he preguntado, pero respecto a mí mismo, no como una pregunta relativa a la profesión.

Me vienen a la cabeza razones como flashes: que si los tribunales van lentos, que si los jueces no saben, que si los clientes no entienden, que no cobramos lo que deberíamos...

Pero para quien quiera saber más al respecto, y de una manera sistematizada, aquí adjunto un link para leer y meditar:

http://saberderecho.blogspot.com/2007_08_01_archive.html

Se trata del blog de Gustavo Arballo. Un blog interesantísimo que, aunque trata temas argentinos, creo que sus comentarios trascienden y caen de lleno en los males endémicos de la justicia (o lo que sea o se le quiera llamar).

Del tema que nos ocupa, hace un resumen de un artículo publicado en la Cardozo Law Review.

Y para completar la lectura, recomiendo este otro:

http://www.degerencia.com/articulo/los_abogados_un_colectivo_especial

en el que se profundiza en la tendencia al pesimismo que invade a los abogados.

Pues eso. A leer y meditar.

INTOXICACIONES, FISCALES Y UN POCO DE CONSIDERACION



Mal de muchos, consuelo de tontos (y señal de que algo va mal).

Ayer tenía que haber empezado a celebrarse un juicio por la intoxicación sufrida, en el año 2002, por unas 1.435 personas como consecuencia de una salmonelosis tras haber comido una tradicional coca de Sant Joan catalana que estaba en mal estado.

El juicio de ayer, al que estaban citados unos 40 testigos (además de algún perito) y asistieron las partes afectadas, se tuvo que suspender porque a alguien (fiscal, acusadores privados, juzgado) se le olvidó pedir que fuera citada la compañía aseguradora de la pastelería de la que salió la coca en mal estado, dado que la compañía aseguradora puede resultar ser la responsable civil y tener que hacer frente a las eventuales indemnizaciones.

¿Pero cómo no se les va a olvidar si el juicio tiene lugar al cabo de 5 años? ¿Quién se acuerda ya de los retortijones, de las náuseas, de las fiebres, del malestar o de cualquier otro síntoma que provocase la salmonelosis?

El Juez (por fin uno como Dios manda) pidió varias veces disculpas a los presentes y se encargó de informar que la culpa era un olvido defiscalía o acusadores privados. El Fiscal dijo que no era culpa suya (del Fiscal), argumentando que tienen pocos recursos y mucho trabajo. Supongo que luego se empezarán a tirar los trastos por la cabeza, para desconcierto de los que asistieron puntualmente a la cita.

Y, hala, todos a casita otra vez hasta que vuelvan a ser citados.

Ya lo dice un amigo mío: la culpa es de la gente que se empeña en acudir a la justicia. Total por una coca en mal estado... Al fin y al cabo, durante la guerra civil la gente tenía que comer las peladuras de patata que encontraba entre las basuras y nadie se quejaba...

Y digo yo: ¿no deberíamos plantearnos la privatización de la justicia?. No digo que se vuelva a la composición privada (pues eso sería tanto como permitir que los afectados le hagan tragar al pastelero -como a las ocas francesas- media docena de cocas cremosas en mal estado), sino a una administración privada de la justicia donde se premie la eficiencia y la eficacia, y se castigue al gandul o al que no se recicla.

Aunque, visto lo visto, tal vez me sea más productivo contactar con los testigos que acudieron al juicio y ofrecerles mis servicios para que reclamen a la administración de justicia por mal funcionamiento.

jueves, 6 de septiembre de 2007

SOLO UN POCO DE CONSIDERACION (SEGUNDA PARTE)


Y llegó el día del juicio. Estando yo citado (bajo apercibimiento, caso de incomparecer, de imponerme una multa de entre 200 y 2000 euros), he usado dos despertadores para levantarme a las 6. Busco en un callejero de internet la calle del juzgado para ir directo y compruebo que la dirección que aparecía en la citación que me entregaron estaba mal. Como me he levantado positivo, pienso que fue un lapsus calami. Ducha, café con leche, llenado del depósito del coche, manta y carretera. Después de una retenciones por un accidente, unas obras y algún susto de fitipaldis kamikaces, lllego a las 9:15. Todo correcto. En el juzgado hay mucha gente (uy, uy, uuuy). Pregunto y resulta que el juicio para el que me habían citado a las 9:30 era el tercero de la mañana, y ninguno de los que me precedían había aún comenzado (¡ya estamos!). El Juzgado tiene la costumbre de llenarse la mañanade juicios a los que asigna 10 minutos para cada uno de ellos, y da igual si hay detenidos o no, si hay peritos o no, y de cuántas partes se trata. Paciencia.
El primer juicio empieza, en lugar de a las 9, a las 10. Pero eso no es lo peor. El agente judicial empieza a entrar y salir de la sala nervioso y traslada el nerviosismo a todos los presentes en el pasillo (unas 20 personas que se pelean por alcanzar alguna de las 12 sillas que hay). Dice algo de una secretaria judicial que no ha venido y que sólo queda una que tiene que repartir su trabajo entre 2 juzgados. Miro la hoja que lleva con el listado de los juicios del día y veo que aparece el mío.
Empiezan los corrillos y los primeros rumores (¿se van a suspender los juicios?, ¿estaremos aquí hasta bien entrada la tarde?). No hay noticias oficiales.
A las 10:15 sale otra vez el agente judicial y anuncia a los presentes en voz alta que vayamos a desayunar y volvamos hacia las 10:45 pues hay mucho retraso. La fauna social que espera, a pesar de su variopinta procedencia y condición (pues había payos y gitanos, imputados, testigos y perjudicados, abogados, médicos, traductores y policías, españoles, rumanos, brasileños y alemanes) es sabia y sabe perfectamente que no es preciso preguntar (como, en cambio, sí haría en un aeropuerto en circunstancias similares) si el desayuno corre a cargo de la administración de justicia. Obviamente, no. El desayuno va a nuestras costas.
Vamos a desayunar (algunos -curiosamente, los gitanos, rumanos, brasileños e imputados no-) y regresamos a la hora dicha, pero seguimos siendo los mismos de antes del desayuno y unos cuantos más (los citados para los juicios siguientes). No hay sillas libres y el calor aprieta.
Aparecen dos funcionarias que no se identifican y que van diciendo en voz alta: "se suspenden los juicios que estaban señalados hasta las 10:30, que quedan convocados para -ojo al dato- el próximo 30 de enero de 2008, pero se mantienen los restantes pues hay atasco y es imposible atender a todos". ¡Menudo atasco si con un juicio necesitan ahora 4 meses! -pensé jocosamente-. Por otro lado, no deja de ser curioso que, ante esta situación, se decida suspender los juicios de los que han llegado antes al juzgado y se mantengan los otros...
Tras un momento de desconcierto, nos aclaran que la suspensión afecta a los juicios del juzgado nº 2, no al nº 1 que es el mío. Pero en el mío han entrado sólo las personas del primer señalamiento, son las 11 y al parecer tienen para rato. Vuelven los rumores de suspensión. Empieza a cundir la desesperación (¿nos dirán que vayamos a comer y volvamos por la tarde?, hay gente que trabaja, y otros, como yo, que venimos de otras ciudades y queremos pensar que alguien nos espera, o que estamos perdiendo oportunidades de negocio -fuera del juzgado, claro; aunque, bien pensado, tal vez si me hubiese llevado unas latas fresquitas de cerveza, refrescos y unos bocadillos, me habría podido sacar un buen pellizco ya que en el juzgado no hay ni una sola máquina de vending a la vista o alcance de los administrados-).
Cada vez se oyen más respiraciones profundas (de esas que denotan desesperación, cansancio o cabreo contenido). El agente vuelve a salir (a las 11:30) e informa que la juez del juzgado nº 1 "se está planteando" (o sea, es un rumor bien fundado) suspender todos los juicios que se habían señalado para esta mañana a partir de las 9:20 (o sea, todos menos 2). Pero por muy bien fundado que esté el rumor decido seguir allí, impertérrito y firme en mi convicción de que he sido citado para colaborar con la justicia, de que voy a ser útil y de que, si me voy, igual me imponen una multa de entre 200 y 2000 euros. Y aguanto como un machote, no sin antes tener que escuchar a una persona sentada a mi lado (imputada, según oí) que dice "eto é un caxondeo y no sirve pa ná; lo mejor é arregalalo pegando al tio dos tiros y al truyo". Me imagino que lo decía porque en la cárcel, al menos, te sirven 3 ágapes al día gratis.
Sigamos: a las 12:15 se acaba el juicio de los únicos que habían tenido la suerte de entrar y el agente nos dice: "se va a suspender el resto; vamos arriba al juzgado -se refiere a la oficina-". Subo y le pregunto que qué pasa con mi juicio; me dice que pase y hable con una señorita, que ella me dirá. Entro. Espero. Cuando me dan la palabra, pregunto. ¿Y sabéis cuál ha sido la respuesta? Pues que mi juicio ni siquiera se tenía que celebrar ya que las partes renunciaron. Así, sin más. Ni un "lo lamentamos", o un "perdone usted que no le hayamos avisado antes pero ha sido repentino". Nada.
¿Qué hago? ¿Grito?, ¿doy un golpe a una mesa?, ¿me voy a buscar al compañero de pasillo que lo arregla todo a tiros? ¿o me asocio con el brasileño y montamos juntos un chiringuito de bebidas en el juzgado?
Mi reacción ha sido pedir un justificante de mi presencia desde las 9:15 hasta las 12:30. ¿Y para qué lo he hecho? Pues para interponer una reclamación por funcionamiento anormal de la administración de justicia y reclamarle todos los gastos que me ha ocasionado desplazarme hasta allí (210 Km de kilometraje, peajes, desayuno y parking) y compensarme las molestias (voy a pedir lo mismo que me habrían pedido a mí de no haber asistido puntualmente: entre 200 y 2000 euros).
Prometo colgar en el blog mi reclamación y tener a todos al corriente de sus vicisitudes (que ya podéis imaginar que serán patéticas).
Luego, al salir del juzgado, veo el cartelito que encabeza este post y decido arreglar mi curriculum para entregarlo cuando vuelva por Sant Feliu de Guíxols.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

SOLO UN POCO DE CONSIDERACION



Para que la vida funcione medianamente bien, a veces basta con un poco de consideración y buena educación.

A finales del mes de julio pasado, se presentó un agente de la Guardia Urbana de Barcelona en mi despacho para entregarme una citación judicial: tengo que personarme mañana como testigo en un juicio de faltas que se celebra en Sant Feliu de Guíxols (Girona, a unos 100 km de Barcelona, para más señas).

La cosa tiene su gracia: en la cédula de citación, si bien aparece la dirección del juzgado, no aparece ningún número de teléfono (ya no digamos dirección de correo electrónico) al que poder llamar para saber algo, o interesarse por si se ha suspendido o no el juicio (algo bastante frecuente, por cierto) y evitarse uno el viajecito. Pero eso (la falta de un número de teléfono) creí que se solucionaba fácilmente. Abro el Google, me meto en la dirección del Ministerio de Justicia y busco el Juzgado y su teléfono. Ja, ja. Tras llamar al número que aparece en la web, aparece un mensaje de Telefónica diciendo que "ese número no corresponde a ninguna línea en servicio". Vaya por Dios. Busco el teléfono del Decanato, sigo el mismo proceso y, oh sorpresa, aparece el mismo mensaje telefónico. Nuevo intento, pero ahora a través de la página web del Departamento de Justicia de la Generalitat de Catalunya. Ahora sí que aparece un número al que llamo y me atienden (muy correctamente y sin tener que esperar, todo sea dicho).

Volvamos a la cédula de citación. Sólo se indica que debo asistir como testigo a un juicio de faltas por lesiones imprudentes (y voy a transcribir literalmente) "a denuncia de , contra, ", con los apercibimientos de que si no voy, multa que te crío. Total, que no sé (por la cédula) a qué voy, ni quién denuncia ni a quién.

Por la ubicación del juzgado, y haciendo memoria, supongo que debe ser por un accidente que presencié hace un año y en el que di mis datos personales voluntariamente a los perjudicados por si era necesario (pues hubo un lesionado, que era un niño de corta edad).

Me pregunto qué le costaría a la familia del lesionado (que tenía mis datos) hacerme una mísera llamada para advertirme o pedirme mi disponibilidad para asistir al juicio; me pregunto qué le costaría al abogado que les lleva el asunto haberme hecho una llamada en el mismo sentido (aunque sólo fuese por corrección profesional al saber que soy un compañero de profesión, y ya no digamos por una consideración de estrategia procesal, pues no sabe qué voy a decir ni si será a favor o en contra de sus intereses); me pregunto qué le costaría al juzgado ofrecer algún dato más sobre el asunto, o incluso informar acerca del derecho a ser compensado por el desplazamiento.

Pues nada. Esta noche me toca desplazarme a mis costas, pernoctar cerca del lugar a mis costas, ir a primera hora a un juicio de no sé qué, confiar en la memoria y esperar (de manera ingenua) que mañana, tras el juicio, a alguien se le ocurra agradecer las molestias. Cuestión de simple consideración y educación.

martes, 12 de junio de 2007

PERITOS Y LENGUAJE



Acabo de recibir un correo electrónico de un Perito ofreciendo sus servicios, y en el mensaje aparece la siguiente frase (que copio y pego, tal cual):

- Condiciones de las Tasaciones: Nuestras tasaciones se realizan con total parcia-
lidad y sin consideramiento para ninguna de las partes.

La verdad es que no sé cómo tomármelo.

Si hace su trabajo con total parcialidad, ya no me sirve como perito, pues la Ley de Enjuiciamiento Civil dice claramente que todo perito deberá manifestar, bajo juramento o promesa de decir verdad, que ha actuado y, en su caso, actuará con la mayor objetividad posible, tomando en consideración tanto lo que pueda favorecer como lo que sea susceptible de causar perjuicio a cualquiera de las partes...En otras palabras, según la ley, el perito debe actuar imparcialmente.

Claro que, releyendo la frasecita, cuando dice que hace su trabajo sin consideramiento para ninguna de las partes esto parece una contradicción, pues si es (como dice en la primera parte de la frase) parcial supongo que habrá tenido más consideración hacia alguna de las partes que frente a la otra. Pero si me dice que no tiene consideración para ninguna, eso parece querer decir que es imparcial.

No obstante, si resulta que es un perito parcial (o sea, que hace lo que se le pida, independientemente de las bases técnicas), pues es una tentación saber que ahí está alguien dispuesto a desafiar las leyes de la física, o de la química, o de lo que sea, en favor de una causa digna de elogio: la defensa de un ciudadano.

Pero ocurre que si el perito escribe como escribe, ¡pues ya no sé qué va a decir en su informe! Igual concluye que el fallecido murió porque estaba muerto, o algo así.

Ya sé que si el perito es Ingeniero no tiene por qué ser un Lord Byron, ni un Shakespeare. Pero lo que también sé es que para ser Ingeniero (o abogado, o médico, o lo que sea), antes se tiene que haber cursado una carrera universitaria, y antes haber estar escolarizado. Y resulta que en la escuela te enseñan a leer y escribir (además de otras menudencias). Y como un servidor ha leído un Informe de la UNESCO en el que se expone el alarmante crecimiento de centros (incluso pseudouniversitarios) que ofrecen títulos falsos, pues me entran los temblores, qué queréis que os diga. Temblores porque los peritos son elementos cruciales en un juicio. Tan es así que muchas veces, más que sobre cuestiones jurídicas, algunos juicios versan sobre cuestiones técnicas que hay que delegar en los peritos, para que analicen los hechos, busquen causas e imputaciones y, sobretodo, expliquen de manera comprensible para un no experto sus estudios.

Dejemos aquí la cuestión, y ya volveremos otro día sobre el tema de los peritos y algunas de sus aportaciones para los anales de la justicia.

jueves, 7 de junio de 2007

¿MIEDO A SER PILLADOS O PILLOS DEL MIEDO?




La gente es reacia a ser filmada, bien sea por una cierta sensación de vergüenza, bien sea porque considera que la filmación puede atentar contra su intimidad. Me parece razonable y digno de tener en cuenta.

No osbtante (como en tantas otras cosas en la vida), hay casos y casos.

Así, podríamos plantearnos si, ante una razón poderosa (por ejemplo, por razones de seguridad de las mismas personas) el valor privacidad debe ceder ante el valor seguridad (pues bien podría suceder que, por falta de seguridad, se vea violada la privacidad).

El tema está movidito últimamente. Tan es así, por ejemplo, que ayer por la tarde (frente a mi despacho) se manifestó la Policía autonómica catalana (los Mossos) bajo el lema POR LA DIGNIDAD DEL CUERPO. El motivo de la manifestación es que en los últimos meses se han filtrado a través de la prensa una serie de filmaciones (obtenidas mediante cámaras ocultas en las salas de interrogatorio y cacheos de algunas Comisarías -cámaras colocadas por el propio Conseller del Departamento-) en las que se aprecia cómo algunos/as Mossos dispensan (como dirían los americanos) un trato inadecuado a algunos detenidos. En otras palabras, que les atizaban unos cuantos golpes a los detenidos (que, por cierto, estaban esposados). Otra de las noticias publicadas explicaba cómo un detenido (que iba esposado con las manos detrás y sentado en la parte de atrás de un coche policial en marcha) logró pasarse las manos hacia delante, romper la ventana de la puerta del coche con los pies, sentarse de espaldas en la ventana, subirse al techo del coche y mantenerse así, de pie, en el techo, hasta que el coche de policía donde iba el citado Spiderman (ojo al dato), avisado por otro coche de policía que iba por delante, frenó súbitamente y Spiderman cayó rodando. Total: acabó muerto. Nótese que durante las filigranas de Spiderman ninguno de los dos policías que iban en el coche (conductor y acompañante) ni vieron ni oyeron nada (sin duda, porque la insonorización hoy en día es un asco, o porque los mossos iban escuchando atentamente la radio, o porque el retrovisor se había roto).

A lo que iba. Resulta que esas filmaciones y noticias son consideradas por los Mossos como atentatorias contra su dignidad profesional, un atentado contra el cuerpo (de policía, se entiende).

El tema de las filmaciones (es inevitable decirlo) suscitó el mismo debate a raíz de la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil, que estableció (como novedad en España) la obligatoriedad de registrar imagen y/o sonido) de los juicios y vistas. Ya en su momento, asociaciones de jueces pusieron el grito en el cielo (aunque me pregunto si aquí veían peligro para su dignidad); igual que sucede ahora que se está pidiendo (especialmente por los abogados) que también queden registradas las actuaciones en la jurisdicción penal. Otra vez, los jueces están en contra.

No me cabe la menor duda de que el registro (filmación) de los juicios es un gran avance (no sólo didáctico, sino también para la seguridad jurídica -del caso, de las partes y de los abogados, sometidos, desgraciadamente, a veces, a verdaderas vejaciones profesionales-). Es una lástima que la filmación sólo permita visualizar las caras de los que declaran en el juicio y de los abogados. Sería muy didáctico también que se vieran las caras de los jueces (por aquello de que la cara es el espejo del alma, o por aquello otro del lenguaje de los gestos). Pero algo debe pasar cuando algunos jueces ya han hallado la piedra filosofal para campar a sus anchas: cuando no les interesa que algo quede registrado, simplemente le dicen (con gestos, claro) al Secretario Judicial que le dé a la tecla stop/start. Y entonces es cuando aparece más de una sorpresa.
Por ello, me pregunto si la negativa de algunas personas a ser filmadas obedece al temor a ser pilladas haciendo algo malo, o si se trata de personas malas que quieren imponer el terror a quienes están a solas con ellas.

miércoles, 16 de mayo de 2007

FORTUNY NO SOLO ES UN PINTOR (CAOS, MARIPOSAS Y FISCALES)



Fortuny no sólo es un pintor. Fortuny es el nombre con el que se conoce al nuevo Sistema de Información del Ministerio Fiscal, una herramienta creada por el propio Ministerio Fiscal y desarrollado por el Ministerio de Justicia para potenciar, mediante diversas herramientas, las nuevas tecnologías en el trabajo diario del Ministerio Fiscal.

Leo la información y descripción del Sistema en la revista Escritura Pública, nº 44, correspondiente a Marzo-Abril de 2007, y me alegro por los Fiscales, pero, sobretodo, por las personas que tienen que tratar con los Fiscales.

La herramienta debe servir, al parecer, para asegurar la unidad de actuación del Ministerio Fiscal, lo que puede ser muy útil.

Recuerdo una quiebra en la que yo actuaba como síndico en la que, al tener que preparar la llamada Pieza Quinta (esto es, la parte del procedimiento que tenía por finalidad determinar si la quiebra había sido fortuita, culpable o fraudulenta), tras calificar por mi parte la misma como fortuita, apareció el Ministerio Fiscal calificándola también como fortuita. Pero lo curioso del caso es que, poco tiempo después, apareció otro informe del Ministerio Fiscal en el que calificaba como fraudulenta la misma quiebra (debo añadir que entre el primer informe y el segundo ningún cambio, ni información adicional, ni prueba distinta de las previamente existentes se tuvo en cuenta). Desde aquel día, esta institución dejó de ser para mí el MINISTERIO Fiscal, y decidí pasar a llamarle (eso sí, en privado) MISTERIO Fiscal.

El aludido Sistema de Información cuenta, según parece, con dos herramientas muy curiosas: por un lado, el llamado Sistema de Inspección, Control y Consulta (SICC) que proporcionará información estadística (volumen de procedimientos, tiempo dedicado a cada una de sus fases), rendimiento de los Fiscales, etc), y, por otro lado, el llamado Cumplimiento de Objetivos, Rendimientos y Estadillos (CORE), cuya finalidad es (al parecer) incentivar a los Fiscales mediante una retribución variable en función de ciertos parámetros que serán rellenados por los propios Fiscales y supervisados por su superior jerárquico.

Llamadme pesimista, o cenizo, pero mucho me temo que acabará pasando como con los Jueces: que entre los parámetros a tener en cuenta para poder morder la parte variable de su retribución no vamos a encontrar ninguno que sea el de la calidad del trabajo y servicio que deben desempeñar. Seguro que vamos a encontrar parámetros como el de número de asuntos encargados o terminados, o asistencia a jornadas, cursos o similares. Pero de la calidad, nothing de nothing.

Y es que, no lo olvidemos, asunto asignado no es igual a asunto trabajado, ni mucho menos a asunto trabajado bien.

Mi experiencia con Fiscales no es, desde luego, muestra suficiente, pero sí ilustrativa. Así, en varios asuntos civiles que requieren intervención del Fiscal, me he encontrado en la sala de vistas sólo con el Juez y el Secretario Judicial, esperando a que el agente judicial vaya a buscar por los pasillos a algún (no al) Fiscal para que se digne a asistir. Y así fueron las vistas, en las que el (ahora sí) Fiscal permaneció mudo, sin duda por absoluto desconocimiento del caso y por la prudencia de no hablar de lo que no se sabe.

En otra ocasión, tras desgallitarme durante la vista de una apelación manteniendo que el juez instructor había decidido archivar el caso de manera incorrecta, el Fiscal (que durante toda mi intervención estuvo revisando no sé cuántos papeles) se limitó a decir que mantenía el mismo criterio que su compañero Fiscal de Instrucción (así, sin más). Pedí la palabra al Presidente del Tribunal y le pregunté al Fiscal si eso quería decir que se adhería a mi recurso o si mantenía la validez del archivo decretado. El Juez, que sin duda captó a la perfección ese guiño a la ironía, permitió la pregunta. Como era de esperar, el Fiscal repitió: me adhiero a lo manifestado en su momento por el Fiscal en Instrucción. O sea, que no sabía ni lo que había mantenido en instrucción, pues no creo tan difícil decir blanco o negro...

Con todo esto no quiero decir que en el Ministerio Fiscal reine el caos (entendido como ausencia de orden), sino que, tal vez, lo que ocurre es que existe en la institución cierto tipo de orden de características impredecibles, pero descriptibles en forma concreta y precisa. Es decir: un tipo de orden de movimiento impredecible. Algo así como lo que describió el magistral Alejandro Nieto, refiiriéndose a los Fiscales: una especie de tornillo suelto dentro de la maquinaria judicial que va dando golpes a un lado y otro hasta que rompe la maquinita.

Sería interesante aplicar aquí, para su mejor estudio y perfección del Fortnuy, la llamada Teoría del Caos y el principio del efecto mariposa, pues, según estas teorías, en determinados sistemas naturales, pequeños cambios en las condiciones iniciales conducen a enormes discrepancias en los resultados (recuérdese la anécdota explicada antes de la doble calificación, contradictoria, de la quiebra).

Tal vez con la Teoría del Caos (convenientemente adaptada a las ciencias sociales) podríamos llegar a comprender mejor el fenómeno, a veces indescifrable, del, por eso, llamado Misterio Fiscal.

viernes, 13 de abril de 2007

MONOSAPIENS Y JUSTICIA

Los científicos andan un poco despistados. Parece ser que acaban de descubrir que el genoma de los Macaco Rhesus (como los de la fotografía) coincide en un 97,5 % con el de los humanos. Ello es sumamente importante pues, según Richard A. Gibbs (director del proyecto investigador), ello supone un avance para encontrar lo que nos hace humanos y definir la humanidad.
Y digo que andan despistados porque, que yo sepa, el proyecto ni siquiera se plantea la posibilidad de analizar a los Mono Sapiens de los que hablábamos hace unos días.
Pero, sea como sea, resulta que cada día veo más actuaciones humanoides de los Mono Sapiens que me sorprenden. Veamos algunas que he leído hoy:
1.- según publica El País (y ya avanzamos nosotros en el anterior post), los consejeros del Gobierno catalán han presidido en 2 días 24 inauguraciones y visitas de obras (tiran de cortinillas para desvelar placas conmemorativas -aún no entiendo el numerito de las cortinillas-, inauguran ferias, se dejan tomar la presión -no sea que con tanta actividad vayan a tener problemas de salud-, van en bici -es muy sano y seguro, sobre todo en Barcelona-, inauguran residencias de ancianos -será para meterlos en algún sitio ya que no disponen de suficientes pensiones de jubilación como para vivir en su casa-, visitan museos y bibliotecas-sin duda, para cuidar su formación y cultura, para parecer más homos-, y alguno, incluso, ha visitado ¡un solar! -siempre me ha emocionado ver a un hombre/mujer/mono contemplando y meditando ante un pedazo de tierra yerma-). Nota: supongo que no os pasará desapercibido que, en breve, hay elecciones locales...
2.- Gaspar LLamazares (líder de Izquierda Unida) ha dicho que quiere que el Congreso de los Diputados ratifique políticamente la futura sentencia del juicio sobre los atentados del 11-M, ya que, según sigue diciendo tan insigne monosapiens, durante la vista oral y las declaraciones de los testigos que se están llevando a cabo estos días se ha puesto de manifiesto que el gobierno de Aznar mintió a los españoles sobre los autores de la masacre.
Ante tales sabias palabras, uno se da cuenta de que siempre se aprende algo, incluso de especies con genomas no coincidentes. ¿Qué he aprendido? Pues, primero, que los Mono sapiens gozan de facultades adivinatorias ya que sin necesidad de estudiarse un sumario ni de esperar a que acabe el juicio, saben cuál va a ser la sentencia, aunque la tengan que dictar otros; y segundo, que existe un trámite, para mí desconocido hasta la fecha, que, al parecer, debe ser muy importante para los efectos o ejecución de las sentencias: la ratificación política de las mismas. Supongo que será algo así como una especie de recurso a plantear tras la casación o el amparo, no sé. Seguiré estudiando. Aunque, pensándolo mejor, ¿no será, acaso, que el citado Sapiens se está refiriendo a la debatida cuestión de las verdades materiales y formales en la justicia? Precisamente, este mes de marzo se han celebrado unas jornadas en Bilbao sobre Información y Justicia, jornadas en las que el Presidente del TSJ del país Vasco, curiosamente, hizo una ponencia titulada La verdad formal, la verdad material y la verdad político-social.
3.- Montilla (actual Presidente de la Generalitat) ha declarado que si bien acatará la sentencia que dicte el Tribunal Constitucional sobre los recursos de inconstitucionalidad que se han planteado contra el Estatuto catalán, no obstante, si la sentencia invalida o desvirtúa algo del Estatuto, emprenderá las acciones que correspondan, pues no está dispuesto a aceptar una minusvaloración política del Estatuto. Como ya es habitual en este sapiens, cuando se le preguntó en qué consistía su Plan B se limitó a advertir que si se explica, deja de ser un Plan B (o sea, no desveló nada).
Lecciones que se aprenden esta vez: primera, a los Mono Sapiens les va la enigmística; segunda, al parecer, las sentencias judiciales o bien tienen efectos distintos de los jurídicos (los políticos), o bien, sea cual sea la decisión jurídica, puede producir unos efectos políticos u otros, o al revés, o casi aunque no se diga, o ya veremos.
4.- A raíz de las críticas que contenía una Sentencia de la Audiencia Nacional a la retirada, por parte del Fiscal, de la acusación contra Otegi (portavoz de Batasuna) -en la que se decía que era increíble cómo podía hacer eso el Fiscal estando tan claro que había delito-, para la próxima reunión del órgano aglutinador de los Fiscales (el Consejo Fiscal) se ha introducido un punto del orden del día que dice asÍ: petición de asesoramiento sobre los instrumentos de tutela de los que dispone el Ministerio Fiscal ante resoluciones que contengan críticas inapropiadas en relación a su actuación procesal en el ejercicio de su autonomía funcional.
Comentarios: primero, al parecer, los jueces que dictaron la sentencia absolutoria (pues al no acusar el Fiscal, tenían que absolver) comparten con los Mono Sapiens facultades adivinatorias, pues, sin necesidad de pruebas ni juicio, ya saben que el acusado es culpable (sin duda, esto debería ser estudiado por los científicos de los que hablábamos al principio); segundo, me vienen temblores de pensar que los Fiscales necesiten pedir asesoramiento legal sobre algo que se refiere directamente a su profesión cuando ellos son quienes, según su propio Estatuto orgánico, tienen encomendada la labor de velar por la legalidad. Y digo yo: si no saben qué derechos les asisten, ¿cómo van a saber los que asisten a los ciudadanos que dependamos de los Fiscales en un juicio?
¡ESTÁN EN TODAS PARTES!

viernes, 30 de marzo de 2007

MONOSAPIENS



Aquí tenemos el siguiente eslabón del homo sapiens: los mono sapiens. Y ya están entre nosotros. ¡Cómo! ¿Alguien no sabe quiénes son todavía? Vamos a dar unas pistas: tienen apariencia humana (visten como nosotros, hablan como nosotros, comen y beben lo mismo que nosotros y su aspecto físico es el mismo que el nuestro también; viven como nosotros y entre nosotros). ¿En qué se diferencian? Pues vamos a ver: casi todos han estudiado una carrera universitaria, pero muy pocos la han ejercido; generalmente, son muy dados a hablar y hablar, pero escuchan poco (aunque lo oyen todo); están muy seguros de sí mismos, de lo que piensan y de lo que hacen, y quieren que todos los homo sapiens hagamos lo que ellos dicen (aunque, luego, ni ellos lo hacen); en realidad, viven de nosotros con el dinero que nos sacan (aunque es muy difícil saber exactamente lo que tienen y lo que ganan, entre otras cosas porque se sacan extras discretamente); suelen pelearse entre ellos y se descalifican entre sí, se amenazan, pero al final acaban pactando y nunca llega la sangre al río; cada 4 años (en realidad, a veces, cada 2) les asalta un impulso irrefrenable de mezclarse entre los sapiens, soltarnos monsergas y hacer cosas muy sapiens (tomar café, bailar sevillanas, ponerse gorritos, bailar con ancianas, visitar mercados municipales y tocar merluzas...), pero este impulso dura sólo 1 mes, aproximadamente, pues luego desparecen en un coche de cristales tintados y si te han visto no se acuerdan; dicen estar al servicio de los sapiens, pero cuando un sapiens quiere verles, pedirles o decirles algo, no hay forma de acercarse a ellos. ¡Qué! ¿Ya sabéis quiénes son? Muy bien: se les conoce también como POLÍTICOS.


Bueno, pues hoy estaba leyendo y viendo imágenes del último espectáculo con el que nos han distraído estos monosapiens en Catalunya (a propósito de la independencia y las votaciones esperpénticas) y en lo que me he fijado es que en el Parlament hay muchos monosapiens de distintos colores (con lo que los homo sapiens tenemos que destinar importantes cantidades de dinero a pagarles sus sueldos, dietas y demás); y digo que me he fijado que, a la hora de votar (supongo que porque son monos, no homos) hay 1 de los de cada uno de los distintos colores que alza la mano como un poseso en trance con 1, 2 o 3 dedos levantados, según los casos. Un experto homo sapiens me ha dicho que 1 dedo significa que los de su color han de votar SI; 2 dedos, que han de votar NO; y 3 dedos, que se ABSTENGAN.


Siendo esto así, me pregunto por qué los homos tenemos que votar (y mantener a pan y cuchillo) a tantos monos si luego sólo importa lo que diga uno solo de ellos. ¿No sería más fácil y económico votar a uno solo, sumar todos los votos que haya obtenido y, luego, cuando vaya al Parlamento, el voto de cada uno de ellos valga tanto como votos haya sacado en las elecciones? Nos ahorraríamos espacio, dinero y esos espectáculos tan cutres de monos aplaudiendo cuando habla su mano levantada y pateando cuando habla otro mano levantada de distinto color.
Por cierto, ¿por qué aplauden y gritan si luego no saben lo que hay que votar? Ah, claro, se me olvidaba: son MONOS.
PS: ¡caramba! !Siempre se me olvida algo! Resulta que los monos son los que hacen las leyes que yo (y muchos como yo) tenemos que interpretar (rectius: descifrar) para decirle a alguien si puede o no hacer algo, pero que, le diga yo lo que le diga, siempre habrá otro sapiens que manda más que yo y que puede pensar de otro modo, incluso muy distinto de lo que pretendían los monos. Así nos va y nos pasa lo que nos pasa cuando se mezclan churras con merinas, monos con homos y se dan rosas a los cerdos.

martes, 27 de marzo de 2007

¡QUÉ HUEVOS!





¡Ya era hora de que las noticias del día fuesen más enjundiosas y divertidas! Ya empezaba a hartarme con tanto juicio del 11-M, escándalos urbanísticos debajo de cualquier piedra, claudicaciones ante terroristas, propuestas independentistas que duran un día, la paz en el Ulster y culebrones en ENDESA. Ahora sí que vale la pena estar informado. Eso, ¡con un par de huevos!: resulta que al ex Ministro del PP Sr. Zaplana le han aparecido unos tickets de compras hechas en supermercados próximos al Ministerio y a su casa (y cargados a las cuentas del Ministerio de Trabajo que él presidía) en los que aparecen detallados los productos alimenticios adquiridos: 9 paquetes de chicles Trident, dos Danísimos de Danone, dos cajas de huevos de 10 (tamaño XL, no nos vayamos a quedar cortos), un paquete de pasta Caprabo, dos pistolas precocidas (yo creía que eso era del Ministerio del Interior), 4 paquetes de patatas Lay's (Mediteráneas, por supuesto), un pollo entero, harina y plátanos.

Dice Zaplana que esas adquisiciones estaban destinadas al consumo del Ministerio o a comidas oficiales. ¡Esto sí que manda huevos! Desde luego, el Sr. Zaplana o merece que le expulsen de la política (por querer malalimentar a los funcionarios o a los insignes invitados del Ministerio), o que le contrate Ferran Adrià para el laboratorio culinario de El Bulli (por explorar nuevas recetas hasta ahora insospechadas).


Si queremos ser modernos, me decanto por lo segundo. Veamos cuál pudo ser el Menú ideado por Zaplana para una comida con algún colega suyo europeo:


primer plato: typical spanish: tortilla de patatas Lay's envuelta en pasta de chicle.


segundo plato: la esencia de la política: pasta y pistolas


postres: a elegir: yogur o plátano


bebidas: leche


Tampoco está tan mal ¿no?


Lo que me sorprende es que parte de tales productos se destinasen al propio consumo del personal de ministerio: ¿os imagináis a los sufridos funcionarios -o al mismo Zaplana-, tras una dura mañana, batiendo unos huevos en la cafetería del Ministerio? Una comida frugal: tortillita, pasta, yogur y un chicle para quien no tenga cepillo de dientes. Y otra vez a currar.


Después hay lo del concierto de Julio Iglesias, a quien también pagó Zaplana 1 millón de dólares a cargo del erario público a través de unas sociedades en Irlanda (que es conocida por ser zona de baja tributación para artistas), Bahamas (que es conocida por su condición de paraíso fiscal según las normas españolas y comunitarias) y zonas similares. Y eso que el organizador del concierto dice que ya pagó todos los gastos... Si antes teníamos el PAN (los tickets de la compra en Caprabo), ahora ya tenemos el CIRCO (Julio Iglesias).

Luego está lo de los vuelos privados del Sr Zaplana para asistir a entrevistas. Y, para acabar, lo de Terra Mítica. Pero eso ya es muy complicado por hoy y me aburre. Prefiero quedarme con un par de huevos. Como los de los políticos, que son listos como ardillas...

PS: ah, se me olvidaba: según dice El País hoy, algunas de las compras que aparecen en los tikets fueron realizadas por alguna persona (M.A.V.) que trabaja para una empresa de limpieza contratada por el Ministerio de Trabajo. Qué poco higiénico, ¿no? Aunque, analizándolo bien, yo diría que esa misteriosa persona debe formar parte del comando suicida de Leganés en los atentados del 11-M, pues si esta persona compró chicles, no podemos pasar por alto que los chicles contienen una sustancia denominada GOMA BASE (de ahí lo de goma de mascar), y creo recordar que se habla en el juicio de la GOMA-2 como sustancia encontrada en las mochilas explosivas. Y si consideramos que las compras de chicles son desorbitadas, ¿se estaría gestando ya en la época ministerial del Sr. Zaplana el futuro atentado?, ¿quién hay detrás de la empresa de limpieza?, ¿cuántos chicles hay que comprar para usar la GOMA BASE como GOMA-2? ¿se pensaban usar las cáscaras de huevo como metralla?, ¿se compraron pistolas precocinadas para evitar que las huellas de los asesinos quedasen impregnadas?, ¿se utilizó pasta fresca para hacer los nudos de las mochilas?, ¿se ha alimentado por a fuerza al terrorista De Juana con yogures Danísimo y así destruir una de las pruebas de los atentados?, ¿serán los catalanes, en su intento de desmembrar España, los cerebros del atentado, teniendo en cuenta las vinculaciones existentes con el supermercado suministrador de la goma de mascar -CAPRABO-?, ¿se usaron las pieles de plátano para que el ex Ministro Sr. Acebes patinase al informar a los españoles que detrás del atentado estaba ETA y así perder las elecciones? Sin duda, demasiados interrogantes.

¡QUIERO, EXIJO, SABER TODA LA VERDAD SOBRE LOS CHICLES Y LOS HUEVOS!

jueves, 22 de marzo de 2007

IDENTIDADES



¿Qué es el sexo? La duda me asalta tras leer en el BOE del día 16 de marzo la LEY 3/2007, de 15 de marzo, reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas.

Mi noción sobre el sexo estaba limitada a los sentidos y significados que se recogen en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, según el cual el sexo tiene los siguientes significados posibles:

(Del lat. sexus).
1. m. Condición orgánica, masculina o femenina, de los animales y las plantas.
2. m. Conjunto de seres pertenecientes a un mismo sexo. Sexo masculino, femenino.
3. m. Órganos sexuales.
4. m. Placer venéreo. Está obsesionado con el sexo".

Hace unos años, pude comprender que existía una posible acepción psicológica del sexo (pues pueden existir personas que se sientan hombres o mujeres con independencia de sus condiciones orgánicas).

Pero ahora, tras leer la referida Ley de 15 de marzo, ya tengo mis dudas pues resulta que, según esta Ley, puede hablarse de Sexo registral (art. 1) y de sexo psicosocial (art. 4). Lo del sexo reistral me parece gracioso, y puedo comprender que el legislador, por razones de economía, en realidad ha realizado una elipsis lingüística pues debe estar refiriéndose al sexo morfológico que consta en el Registro Civil. Ahora bien, lo del sexo psicosocial ya me cuesta un poco más. Veamos: puedo entender lo del sexo psicológico (alguien se siente distinto a como es morfológicamente); pero lo del sexo social (que vendría a ser algo así como que alguien es reputado por la sociedad como distinto de lo que es), ya no lo entiendo. Una cosa es que el legislador se muestre respetuoso con las llamadas libertades personales o individuales (la llamada opción personal por algunos), pero otra distinta es que la percepción social se traslade al individuo. Claro que se me puede objetar que ese concepto social nunca se impone al individuo, pues es preciso que el individuo opte por ese cambio de sexo registral. Y hay razón en ello. Pero me sorprende que, si ello fuera así ciertamente, se exija en la misma Ley, para poder cambiar el sexo registral, que se aporte un informe médico o psicológico clínico que acredite la existencia de una llamada disforia sexual (palabreja ésta que no aparece en el Diccionario de la RAE -¿cómo va a aparecer si sólo identifican el sexo con los órganos genitales?-, y que, según un Diccionario médico significa malestar, inquietud; lo opuesto a la euforia). Entonces ¿en qué quedamos? Si una persona es libre para decidir cambiar de sexo registral por su consideración sexual social (pues no puedo entender, si no, lo del sexo psicoSOCIAL), ¿para qué queremos un informe médico o psicológico? O nos basamos en razones clínicas, o nos basamos en decisiones personales, digo yo.

Lo que ya veo claro es que con esta ley se normativiza aquello que se decía:

Pepe puede ser Pepita

sin cortarle la colita;

y Pepita puede ser Pepe

sin ponerle paquete

Y para acabar con mi asombro jurídico, me encuentro con la cuestión del nombre. Resulta que, según la referida Ley (art. 1.1 segundo párrafo), la rectificación de sexo conllevará el cambio de nombre propio de la persona a efectos de que no resulte discordante con su sexo registral. Esto lo veo lógico pues no se puede ir confundiendo a la gente ni a las Administraciones con lo que no se es (o se quiere ser, o parece que se es, ...o lo que sea). Pero ojo al dato: el art. 2.1 segundo párrafo establece que: En la solicitud de rectificación registral se deberá incluir la elección de un nuevo nombre propio, salvo cuando la persona quiera conservar el que ostente y éste no sea contrario a los requisitos establecidos en la Ley del Registro Civil. O sea que el cambio de nombre ya no es tan imperativo como nos dice la propia ley en el art. 1 (que usa vervo imperativo: conllevará). Demos una velta de tuerca más: como la ley impide tener un nombre que induzca a error en cuanto al sexo (art. 54 LRC modificado por la ley que estamos comentando), me pregunto ¿a qué sexo se debe estar refiriendo: al registral, al psicológico, al social, o al fisiológico? Más: ¿qué ocurrirá si un hombre -fisiológico- que se llama Manolo es sentido socialmente como mujer -sexo social-, pide el cambio de sexo -registral- y decide pasar a llamarse Manolita? Pues resultará que el Juez Encargado del Registro Civil deberá decidir si el nombre Manolita induce a error en cuanto al sexo; en principio, creo que no, pues Manolita, que yo sepa, hace referencia al sexo femenino; pero, ojo, si Manolo (que registral y físicamente es un hombre) pide el cambio de sexo registral porque SOCIALMENTE se le tiene por mujer (aunque no parezca una mujer), y aporta un informe psicológico que acredita disforia sexual (lo que no me sorprende, ya que si uno cree que es un hombre pero la gente le tiene por mujer eso puede dar lugar a una cierta desazón o molestia), deberemos concluir que Manolo tendrá derecho a cambiar su sexo registral, pero el Juez podrá ver (por simple inspección ocular) que la pretendida Manolita es, más bien, un Manolo; ergo, el Juez podría pensar (no sin razón) que el nombre Manolita, en este caso concreto, puede inducir a error en cuanto al sexo (pues si un Manolo con todos sus atributos orgánicos de tal se identifica como Manolita, ahí hay algo que falla).

No sé, es como si Monica Bellucci (tal y como es ella actualmente) se me presentase en una fiesta y me dijese que se llama Gumersindo. Yo, desde luego, tendría una cierta sensación de error en cuanto al sexo de Monica-Gumersindo (y ya no hace falta decir que, muy probablemente, esa sensación de error en la identificación podría alterar algunas decisiones mías de tipo personal hacia Monica-Gumersindo).

Digo yo, pues, que al/la pobre Juez/a le asaltarán dudas acerca de cómo actuar, pues si puede denegar un nombre que induzca a error en cuanto al sexo no sabrá si ese error debe ponerse en relación con cualquier persona que, en lo sucesivo, trate con Manolita/Manolo (o con Monica/Gumersindo), o con relación al sexo registral de los susodichos. Si es con relación a cualquier persona, podemos convenir que una cierta inducción al error podrá existir; si es con relación al sexo registral, no lo habrá (pues se habrá modificado legalmente, y resultará que Manolita es una mujer, registralmente hablando, claro).

De lo dicho hasta aquí, y para intentar aclararme yo mismo, veo que en cuestión de identidad sexual podemos encontrarnos con las siguiente variedades:

- el sexo orgánico (que puede o no coincidir con el sexo psicológico, con el social y con el registral)

- el sexo psicológico (que puede o no coincidir con el sexo registral, con el social y con el orgánico)

- el sexo social (que puede o no coincidir con el orgánico, el psicológico o el registral)

- el sexo registral (que puede o no coincidir con el orgánico, psicológico o social).

- el nombre sexual (que puede o no coincidir con el sexo orgánico, psicológico, social o registral).

Total: que si, por un lado, el sexo ya no actúa como elemento identificador de la persona (pues es algo perfectamente mutable desde los puntos de vista orgánicos, psicológicos, sociales y registrales), y, por otro lado, el nombre tampoco sirve como elemento identificador sexual de las personas (pues uno/a puede tener un nombre masculino siendo mujer, y viceversa) estoy llegando a la conclusión de que, por una decisión legal, se puede acabar perdiendo la identidad sexual, o que podemos llegar a ser asexuales, o que (en el mejor de los casos), seamos lo que seamos, da igual, pues será imposible saber si estamos ante un hombre o una mujer.

Y esto, no lo niego, me causa una extraña sensación. Algo así como un vacío. No sé quién soy ni con quién estoy (sexualmente hablando). ¿Habrá conseguido el legislador hacernos ver que los seres humanos somos otra cosa de lo que hemos creído que éramos desde hace tantos siglos?

¡Qué complicada es esta vida!

lunes, 26 de febrero de 2007

NO SOMOS NADA: VIVIREMOS DE MIGAJAS JURIDICAS

Estoy leyendo la revista de febrero de 2007 del Consejo General de la Abogacía Española(Abogados), y me encuentro con una entrevista a Fernando Pombo (socio fundador de Gómez-Acebo & Pombo, Abogados, despacho conocido y prestigioso donde los haya. Para más señas: http://www.gomezacebo-pombo.com/).

El motivo de la entrevista parece ser el hecho de que don Fernando sea actualmente el presidente de la International Bar Association (IBA, entre colegas), pues lleva por título Un español en la cumbre de la abogacía mundial (se puede leer completa en http://www.cgae.es).

Empiezo a leer con fruición, pero al poco rato observo lo siguiente:

1.- De toda la entrevista, sólo el 42 % de la misma está dedicada a algo más o menos relacionado con la IBA;

2.- El 58 % restante está dedicado a: (i) las aportaciones de la familia Pombo a la aviación, la economía, las letras y la abogacía; (ii) las dotes de don Fernando para la navegación a vela; (iii) cómo fundó su despacho, los abogados que lo integran, las oficinas que tiene, la excelencia de su despacho, algunos asuntos en los que ha intervenido (y da nombres), la integración en GA&P de un despacho y sus estudios de música y filosofía.

Quizá me diréis que soy un mal pensado, pero juraría que la entrevista (por su contenido y distribución porcentual del mismo) es más bien una plataforma publicitaria de su despacho que una verdadera entrevista institucional.

Quizá diréis que soy un cascarrabias, pero, la verdad, me molesta un poco que un despacho tan consolidado como GA&P y con los recursos de que dispone se aproveche, además, de una canal de comunicación (la revista Abogados) institucional (el CGAE) que pagamos todos los colegiados a través de nuestras cuotas y que se supone que vela por los intereses de TODOS los colegiados, grandes, pequeños y medianos. O sea, que TODOS pagamos una publicidad que beneficia exclusivamente a GA&P. ¿Podría ser al revés algún día?

Quizá me diréis que me gusta buscarle los 3 pies al gato, pero es que lo que espero encontrar en una entrevista institucional es algo que afecte a la profesión en su conjunto, no un panfleto publicitario de un despacho de abogados. Para eso ya me iré directamente a su página web (que os la doy).

Quizá me diréis que soy un dolido, pero es que uno es muy sensible y le afecta mucho que en la entrevista de marras don Fernando, como quien no quiere la cosa, diga (muy elegantemente, eso sí) que los despachos pequeños de abogados nos dedicamos a asuntos sin gran complejidad, a asuntos que no requieren gran preparación, y que no somos abogados de la vanguardia del siglo XXI. Pero, según don Fernando, no vamos a desaparecer (gracias a Dios, don Fernando, ya me había preocupado Vd), pues vaticina tan insigne abogado que los abogados de cabecera (ahí patina, don Fernando, porque un despacho pequeño no supone necesariamente que sea generalista), siempre que trabajemos juntos (me suena a aquello de proletarios del mundo, ¡uníos!), seguiremos estando ahí para acompañar a nuestro cliente hacia el despacho especializado que corresponda cuando tengamos un problema complejo (o sea, don Fernando, a SU despacho u otro similar).

Quizá me diréis que soy un retorcido, pero me duele profundamente que:

(i) alguien bien situado, reconocido y poderoso se aproveche de un cargo

(ii) para autovenderse

(iii) gratuitamente

(iv) en una revista institucional,

(v) pagada por nosotros (esos generalistas marginales e indocumentados que somos)

(vi) y que, encima, insulte nuestras inteligencias.

Con toda la modestia, y de buen rollo, le aconsejaría a don Fernando que leyese la misma revista en la que aparece y se mire el articulillo que escribe un competidor suyo (Rodrigo Uría) titulado ¿El declive de nuestros principios?, concretamente cuando cita, muy de pasada, como uno de los valores y principios nucleares de la abogacía y de nuestra deontología, el del compañerismo. Sin paternalismos (añado yo).

PS 1: sea como fuere, vaya por delante mi reconocimiento por el duro trabajo realizado por don Fernando, quien (según nos explica en la misma entrevista) personalmente asistió (no sé exactamente en qué papel) durante los 5 primeros años de su despacho a ¡300 vistas! Eso no lo he conseguido ni yo durante 5 años en un despacho citius, altius, fortius quem GA&P, ni en mis otros tantos años en un despacho generalista (usando la terminología acuñada en el artículo), ni como jurista apátrida que debo ser ahora.

PS 2: para quien quiera saber más sobre la historia de David y Goliat, que visite http://es.wikipedia.org/wiki/Goliat
PS 3: quiero pensar que el ejemplar del catálogo de joyas Cartier que casualmente aparece en la foto que ilustra la brochure (digo, la entrevista) y que está sobre la mesa del despacho de don Fernando en la planta ¿18? (junto a su teléfono-PDA azul) es sólo eso, una casualidad (por algún regalo que tenía previsto hacer). Porque mira que si fuese publicidad encubierta de algún cliente suyo (y/o suya -de don Fernando-, para darse más glamour), ya me parecería un pelín excesivo...
PS 4: aunque pensándolo mejor (aunque no estoy muy seguro), ¿tendrá algo que ver el catálogo Cartier con el hecho, absolutamente casual, de que Simoneta Gómez-Acebo (emparentada con la familia real española) sea la relaciones públicas de Cartier, y que doña Simoneta sea pariente del socio de don Fernando Pombo (Ignacio Gómez-Acebo)? No será por eso, seguro...http://www.hola.com/anteriores/2000/12/11/simonetaeugenia/
PS 5: Tal vez se podría añadir a la entrevista que la afición por la vela está muy arraigada en la familia Pombo, hasta el punto, por ejemplo, que Gerardo (hermano del entrevistado) es el Presidente de la Federación Española de Vela, cargo que, al parecer, está siendo discutido ante los Tribunales por unas supuestas irregularidades en unos votos, al parecer, enviados desde el despacho de don Fernando, y cargo en el que (según algunas lenguas) quiere perpetuar más allá de lo permitido mediante algunos cambios estatutarios un tanto frívolos. Dicen esas lenguas (http://www.abc.es/hemeroteca/historico-25-11-2006/Deportes/pombo-busca-un-tercer-mandato-aunque-incumpla-los-estatutos_153144079372.html) que el despacho de don Fernando es el que defiende legalmente al Presidente de la FEV, sin que éste haya informado de las relaciones familiares y comerciales existentes, como, al parecer, dicta el Código de Buen Gobierno de las Federaciones Deportivas españolas...Si ya lo digo yo: las mujeres, el dinero y el deporte acaban perdiendo al hombre con más porte...
PS 6: ¡qué envidia me da su mesa!
PS 7: por cierto, don Fernando, no he sabido encontrarle a Vd en la web de su despacho en el apartado de contactos por áreas de especialización. En cambio, sí he encontrado a don Javier Béjar (entre otros muchos) en el apartado que llaman litigación. Don Javier es una persona a la que quiero y respeto mucho por razones que no vienen al caso. Cuídemelo mucho, que es buena persona, trabajador y sufrido.