jueves, 13 de septiembre de 2007

INTOXICACIONES, FISCALES Y UN POCO DE CONSIDERACION



Mal de muchos, consuelo de tontos (y señal de que algo va mal).

Ayer tenía que haber empezado a celebrarse un juicio por la intoxicación sufrida, en el año 2002, por unas 1.435 personas como consecuencia de una salmonelosis tras haber comido una tradicional coca de Sant Joan catalana que estaba en mal estado.

El juicio de ayer, al que estaban citados unos 40 testigos (además de algún perito) y asistieron las partes afectadas, se tuvo que suspender porque a alguien (fiscal, acusadores privados, juzgado) se le olvidó pedir que fuera citada la compañía aseguradora de la pastelería de la que salió la coca en mal estado, dado que la compañía aseguradora puede resultar ser la responsable civil y tener que hacer frente a las eventuales indemnizaciones.

¿Pero cómo no se les va a olvidar si el juicio tiene lugar al cabo de 5 años? ¿Quién se acuerda ya de los retortijones, de las náuseas, de las fiebres, del malestar o de cualquier otro síntoma que provocase la salmonelosis?

El Juez (por fin uno como Dios manda) pidió varias veces disculpas a los presentes y se encargó de informar que la culpa era un olvido defiscalía o acusadores privados. El Fiscal dijo que no era culpa suya (del Fiscal), argumentando que tienen pocos recursos y mucho trabajo. Supongo que luego se empezarán a tirar los trastos por la cabeza, para desconcierto de los que asistieron puntualmente a la cita.

Y, hala, todos a casita otra vez hasta que vuelvan a ser citados.

Ya lo dice un amigo mío: la culpa es de la gente que se empeña en acudir a la justicia. Total por una coca en mal estado... Al fin y al cabo, durante la guerra civil la gente tenía que comer las peladuras de patata que encontraba entre las basuras y nadie se quejaba...

Y digo yo: ¿no deberíamos plantearnos la privatización de la justicia?. No digo que se vuelva a la composición privada (pues eso sería tanto como permitir que los afectados le hagan tragar al pastelero -como a las ocas francesas- media docena de cocas cremosas en mal estado), sino a una administración privada de la justicia donde se premie la eficiencia y la eficacia, y se castigue al gandul o al que no se recicla.

Aunque, visto lo visto, tal vez me sea más productivo contactar con los testigos que acudieron al juicio y ofrecerles mis servicios para que reclamen a la administración de justicia por mal funcionamiento.

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