martes, 12 de junio de 2007

PERITOS Y LENGUAJE



Acabo de recibir un correo electrónico de un Perito ofreciendo sus servicios, y en el mensaje aparece la siguiente frase (que copio y pego, tal cual):

- Condiciones de las Tasaciones: Nuestras tasaciones se realizan con total parcia-
lidad y sin consideramiento para ninguna de las partes.

La verdad es que no sé cómo tomármelo.

Si hace su trabajo con total parcialidad, ya no me sirve como perito, pues la Ley de Enjuiciamiento Civil dice claramente que todo perito deberá manifestar, bajo juramento o promesa de decir verdad, que ha actuado y, en su caso, actuará con la mayor objetividad posible, tomando en consideración tanto lo que pueda favorecer como lo que sea susceptible de causar perjuicio a cualquiera de las partes...En otras palabras, según la ley, el perito debe actuar imparcialmente.

Claro que, releyendo la frasecita, cuando dice que hace su trabajo sin consideramiento para ninguna de las partes esto parece una contradicción, pues si es (como dice en la primera parte de la frase) parcial supongo que habrá tenido más consideración hacia alguna de las partes que frente a la otra. Pero si me dice que no tiene consideración para ninguna, eso parece querer decir que es imparcial.

No obstante, si resulta que es un perito parcial (o sea, que hace lo que se le pida, independientemente de las bases técnicas), pues es una tentación saber que ahí está alguien dispuesto a desafiar las leyes de la física, o de la química, o de lo que sea, en favor de una causa digna de elogio: la defensa de un ciudadano.

Pero ocurre que si el perito escribe como escribe, ¡pues ya no sé qué va a decir en su informe! Igual concluye que el fallecido murió porque estaba muerto, o algo así.

Ya sé que si el perito es Ingeniero no tiene por qué ser un Lord Byron, ni un Shakespeare. Pero lo que también sé es que para ser Ingeniero (o abogado, o médico, o lo que sea), antes se tiene que haber cursado una carrera universitaria, y antes haber estar escolarizado. Y resulta que en la escuela te enseñan a leer y escribir (además de otras menudencias). Y como un servidor ha leído un Informe de la UNESCO en el que se expone el alarmante crecimiento de centros (incluso pseudouniversitarios) que ofrecen títulos falsos, pues me entran los temblores, qué queréis que os diga. Temblores porque los peritos son elementos cruciales en un juicio. Tan es así que muchas veces, más que sobre cuestiones jurídicas, algunos juicios versan sobre cuestiones técnicas que hay que delegar en los peritos, para que analicen los hechos, busquen causas e imputaciones y, sobretodo, expliquen de manera comprensible para un no experto sus estudios.

Dejemos aquí la cuestión, y ya volveremos otro día sobre el tema de los peritos y algunas de sus aportaciones para los anales de la justicia.

jueves, 7 de junio de 2007

¿MIEDO A SER PILLADOS O PILLOS DEL MIEDO?




La gente es reacia a ser filmada, bien sea por una cierta sensación de vergüenza, bien sea porque considera que la filmación puede atentar contra su intimidad. Me parece razonable y digno de tener en cuenta.

No osbtante (como en tantas otras cosas en la vida), hay casos y casos.

Así, podríamos plantearnos si, ante una razón poderosa (por ejemplo, por razones de seguridad de las mismas personas) el valor privacidad debe ceder ante el valor seguridad (pues bien podría suceder que, por falta de seguridad, se vea violada la privacidad).

El tema está movidito últimamente. Tan es así, por ejemplo, que ayer por la tarde (frente a mi despacho) se manifestó la Policía autonómica catalana (los Mossos) bajo el lema POR LA DIGNIDAD DEL CUERPO. El motivo de la manifestación es que en los últimos meses se han filtrado a través de la prensa una serie de filmaciones (obtenidas mediante cámaras ocultas en las salas de interrogatorio y cacheos de algunas Comisarías -cámaras colocadas por el propio Conseller del Departamento-) en las que se aprecia cómo algunos/as Mossos dispensan (como dirían los americanos) un trato inadecuado a algunos detenidos. En otras palabras, que les atizaban unos cuantos golpes a los detenidos (que, por cierto, estaban esposados). Otra de las noticias publicadas explicaba cómo un detenido (que iba esposado con las manos detrás y sentado en la parte de atrás de un coche policial en marcha) logró pasarse las manos hacia delante, romper la ventana de la puerta del coche con los pies, sentarse de espaldas en la ventana, subirse al techo del coche y mantenerse así, de pie, en el techo, hasta que el coche de policía donde iba el citado Spiderman (ojo al dato), avisado por otro coche de policía que iba por delante, frenó súbitamente y Spiderman cayó rodando. Total: acabó muerto. Nótese que durante las filigranas de Spiderman ninguno de los dos policías que iban en el coche (conductor y acompañante) ni vieron ni oyeron nada (sin duda, porque la insonorización hoy en día es un asco, o porque los mossos iban escuchando atentamente la radio, o porque el retrovisor se había roto).

A lo que iba. Resulta que esas filmaciones y noticias son consideradas por los Mossos como atentatorias contra su dignidad profesional, un atentado contra el cuerpo (de policía, se entiende).

El tema de las filmaciones (es inevitable decirlo) suscitó el mismo debate a raíz de la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil, que estableció (como novedad en España) la obligatoriedad de registrar imagen y/o sonido) de los juicios y vistas. Ya en su momento, asociaciones de jueces pusieron el grito en el cielo (aunque me pregunto si aquí veían peligro para su dignidad); igual que sucede ahora que se está pidiendo (especialmente por los abogados) que también queden registradas las actuaciones en la jurisdicción penal. Otra vez, los jueces están en contra.

No me cabe la menor duda de que el registro (filmación) de los juicios es un gran avance (no sólo didáctico, sino también para la seguridad jurídica -del caso, de las partes y de los abogados, sometidos, desgraciadamente, a veces, a verdaderas vejaciones profesionales-). Es una lástima que la filmación sólo permita visualizar las caras de los que declaran en el juicio y de los abogados. Sería muy didáctico también que se vieran las caras de los jueces (por aquello de que la cara es el espejo del alma, o por aquello otro del lenguaje de los gestos). Pero algo debe pasar cuando algunos jueces ya han hallado la piedra filosofal para campar a sus anchas: cuando no les interesa que algo quede registrado, simplemente le dicen (con gestos, claro) al Secretario Judicial que le dé a la tecla stop/start. Y entonces es cuando aparece más de una sorpresa.
Por ello, me pregunto si la negativa de algunas personas a ser filmadas obedece al temor a ser pilladas haciendo algo malo, o si se trata de personas malas que quieren imponer el terror a quienes están a solas con ellas.