martes, 21 de julio de 2009

¿AMOR, PODER O INTELIGENCIA?




Amor, poder e inteligencia son atributos que los seres humanos suelen buscar, bien sea para uno mismo, bien a través de otra persona. Habrá quien los busque todos a la vez. Habrá quien busque dos de ellos, uno solo o, en casos raros, ninguno.

Hay quien opina que estos atributos (conjunta o separadamente) son los que mueven el mundo.

En la mitología griega se relata el llamado "Juicio de Paris", un juicio en el que a Paris, un joven mortal, se le presentan 3 diosas, cada una con su atributo característico, para que Paris escoja. Así, Hera representaba (y le otorgaría a Paris si la escogía) el poder; Afrodita representaba el amor y la belleza; y Atenea, la inteligencia y la sabiduría.

La elección se presentaba difícil ya que sólo una sería la escogida.

Paris optó por Afrodita (amor y belleza).

Como consecuencia de la elección, las otras diosas se sintieron despechadas y ello desencadenó terribles conflictos y batallas.

Este relato nos puede sugerir diversos mensajes:

1.- La difícil tesitura en la que se encuentra un Juez cuando tiene que optar entre varias alternativas, todas ellas, en principio, legítimas y dignas de protección.

2.- Sea cual sea la elección del Juez, la decisión nunca colmará las expectativas de cada uno de los pretendientes o partes en litigio. Sólo hay un ganador y uno o varios perdedores. Los juicios no admiten las "tablas" del ajedrez.

3.- El Juez, en los sistemas judiciales racionales, debe motivar su decisión, pues de lo contrario la decisión sería arbitraria. ¿Por qué la belleza y no la inteligencia?

4.- Si la motivación es honesta, nos permitiría conocer mejor al Juez y convertir los juicios sucesivos con el mismo Juez en algo más previsible.

5.- Los realistas americanos, escandinavos y otras variantes nos dirían que, conociendo previamente la forma de ser y de pensar del Juez, el resultado del juicio podría, ex ante, haber sido más previsible. Así, si Paris tenía exceso de testosterona o la líbido subida de tono, sería previsible que escogiese a Afrodita. Si, por el contrario, fuese persona enamorada del conocimiento, o la cultura, tal vez se habría decantado por Atenea; y si sentía debilidad por ejercer el poder sobre otros, posiblemente habría optado por Hera. No obstante, alguna orientación psicoanalista nos diría que tal vez el Juez podría optar por aquella opción que represente un atributo del que carezca (así, si Paris fuese feo de delito, pero poderoso, seguramente escogería a Afrodita). Pero también habrá quien diga que Paris podría optar por Hera esperando una compensación futura consistente en alguna prebenda de poder (como acceder a algún órgano de gobierno de la judicatura, o a un puesto ministerial, por ejemplo).

6.- Y, en fin, que, en realidad, la justicia no es la ciega (pues se imparte en función de los dictados personales del Juez, que mira atentamente las opciones), sino que los ciegos son los justiciables, pues entran en un lugar sin saber cuándo, cómo ni por dónde van a salir de él, si es que logran, algún día, salir.


1 comentario:

Ernesto Allende Cafrune dijo...

Magnífico.

Enhorabuena.

Saludos