miércoles, 9 de abril de 2008

PERPLEJIDAD Y SUICIDIO PROFESIONAL



Fijaos bien en la figura que está colgada a la izquierda y meditad sobre las sensaciones que os produce. ¿Contradicción?, ¿ejercicio imposible?, ¿apariencia engañosa?, ¿perplejidad?.

Bien, pues estas sensaciones son las que estoy teniendo con la simple lectura de unas cuantas resoluciones judiciales que me han llegado hoy de golpe, por aquello de que las desgracias nunca vienen solas y aquello de que las perlas (en este caso, jurídicas) y las setas siempre se encuentran junto a otras que seguro que están cerca.

Veamos sólo un ejemplo (dejo para mañana los otros):

En un tema penal en el que se imputan a ciertas personas una serie de delitos económicos, la jueza encargada de la instrucción (de un Juzgado de Mataró), exigió a uno de los querellados una fianza para responsabilidades civiles por importe superior al millón seiscientos mil euros; se recurre la resolución y se designan como particulares todos los documentos incorporados; la jueza dicta sobre el tema las siguientes resoluciones:

1ª.- ordena (como medida asegurativa de las responsabilidades) al Registrador de la Propiedad que "retenga las cantidades derivadas de la venta de las fincas xxx". Y digo yo: ¿desde cuándo los pagos derivados de una compraventa se hacen al Registrador de la Propiedad? Será en el País de las Maravillas de Lewis Carroll (donde se celebraban los 364 no cumpleaños), porque lo que es en España...Si no sabéis de qué va el símil visitad esto: http://www.youtube.com/watch?v=CXwIyzulPsY

2ª.- ordena al querellado que "designe concretamente los particulares que desea que vayan a la Audiencia Provincial". Y digo yo: ¿cómo se van a designar si el propio Fiscal, en un escrito de poco antes, había dicho que los autos no estaban foliados y que, además, estaban mal archivados?

3ª.- posteriormente, el 11-3-2008, la jueza vuelve a requerir al querellado diciendo: "dado que las actuaciones se encuentran foliadas correctamente, requiérase a la representación de x para que en el término de una audiencia ponga de manifiesto en este Juzgado los folios a los que corresponden los particulares interesados...bajo apercibimiento de tenerlos por no designados".

4ª.- al día siguiente, como mandaba la jueza, los letrados dejan todo lo que estaban haciendo y se desplazan al juzgado a ver la numeración y presentan volando el escrito pertinente, diciendo eso de "interesa el escrito de demanda obrante a los folios 1140 y ss", etc.

5ª.- el siguiente 3-4-2008, al misma jueza dicta una resolución que dice así: "requiérase ... a fin de que por término de una audiencia designe los particulares a los que se refiere...dado que los mismos no constan foliados en autos...bajo apercibimiento de tenerlos por no efectuados". Y digo yo: ¿Pero no nos había dicho menos de un mes antes que los autos están foliados correctamente? En qué quedamos, ¿están o no están foliados?, ¿se habrá inventado el letrado el número de folios que designó en su escrito?, ¿o acaso los números de folios se plasmaron con tinta que ha devenido invisible para que nadie lo vea ahora, como si tratase de aquellos mensajes ocultos escritos con zumo de limón que aparecen en los incunables de El Nombre De La Rosa de Umberto Eco?, y digo más, si no están foliados los autos, ¿cómo voy a designarlos con número de folio? Ya lo dijo Hegel: "todas las cosas son contradictorias en sí mismas". Y si lo dijo Hegel, no voy a ser yo quien se lo rebata.

6ª.- dado que el tema penal tiene relación con una quiebra, se pidió a la jueza de instrucción que solicitase a la jueza de primera instancia que tramitó la quiebra referida una copia testimoniada del CD en el que quedó registrado el juicio de la quiebra (juicio que se desarrolló en dos días, por cierto). Pues bien , resulta que el juzgado de la quiebra contesta y dice "para hacer constar que en los autos de quiebra necesaria...no existen vistas grabadas, por lo que no pueden remitirse CD,s al efecto". Pero vamos a ver: ¡¡si tengo 3 CD's con la grabación de esa vista!! ¿Será, acaso, que padezco una de esas enfermedades que me hacen percibir como reales sensaciones visuales y auditivas que no existen en la realidad? ¿será este absurdo mundo judicial una simple ficción o creación de mi pensamiento? Vamos a ver más: cuando dice el juzgado "no existen", ¿es que no existen porque "las ha perdido el mismo juzgado" -infidelidad en la custodia de documentos me viene a la cabeza, no sé por qué-, porque "han sido robadas", o porque "nunca han existido"?

7ª.- Un detalle: la instrucción se sigue desde octubre o noviembre de 2006 y desde entonces hasta la fecha sólo se han practicado las declaraciones de 2 imputados y de dos personas más (en total, unas 3 horas de ocupación). Eso sí, cuando la jueza requiere algo, se tiene que hacer en UNA AUDIENCIA (así, en mayúsculas, lo escribe el juzgado), no vaya a ser que los querellados intenten dilatar una investigación rauda y veloz como la que se está siguiendo...Y digo yo, ¿llegará algún día en que alguien pueda decir: "deje ya de dictar resoluciones absurdas, bajo apercibimiento de tenerle por apartada de la profesión?

Mi buen amigo y sufridor A., que vive en sus carnes tales desaguisados, está al borde del suicidio profesional. No me extraña. Seguramente nos encontraremos en el mismo puente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una muestra más del lamentable funcionamiento de nuestro sistema de justicia.

Os cuento mi última experiencia, casi religiosa, como diría el hijo de un grande entre los grandes.

Diligencias previas por delito contra la propiedad industrial. Un señor (mi contrario) copia la patente de otro (mi cliente), que sirve para construir una máquina de hacer cunetas. Como no tiene gastos de I+D que amortizar, concurre a los mismos clientes con ofertas a mitad de precio.

Se pone la correspondiente querella solicitando el precinto de las máquinas del contrario y el correspondiente informe pericial.

El Ministerio Fiscal se adhiere.

La Juez, sin embargo, a pesar del criterio del fiscal dice que primero se haga el informe pericial y luego se acordará el precinto. Con dos cojones. Esto implica:

1) Saltarse a la torera la LECrim que establece expresamente que en los casos de delitos contra la propiedad industrial hay que decomisar y precintar los objetos presuntamente delictivos y luego hacer el informe pericial.

2) Que el contrario puede modificar a su antojo sus máquinas y luego decir que "son diferentes".
Vamos esto es lo mismo que si denuncias a un camello, lo pillan con una bolsa de polvo blanco y el Juez dijera: "mire, primero designamos un perito y luego ya nos traerá usted esa bolsa de polvo blanco a ver si es cocaina o azucar glass".

Por su supuesto recurrí en reforma. El fiscal se adhirió. Pero de esto hace ya 3 meses y sigo sin respuesta.

A estas alturas me da que para cuando el perito haga su informe la máquina del contrario se va a parecer a la de mi cliente tanto como un columpio a una cachimba.

Joaquim dijo...

Raymaño, Raymaño. Me saltan las lágrimas de la risa que me ha dado leer tus ejemplos (lo del polvito blanco es genial!!), y lo de la cachimba ya ni te cuento.

Pero, vamos a ver: ¿es que no tienes presente el chiste de aquel que quería un bloc de notas y aparece otro en la tienda diciéndole a la vendedora: Srta., ayer le enseñé el culo, hoy le traigo la taza del wàter, y ese es el rollo de papel higiénico que quiero? ¡Pues eso es lo que hay, corcho!

Es que planteaste mal el caso ya antes de presentar la querella. Lo que tenías que haber hecho es llamar al tío que supuestamente ha copiado la maquinita de tu cliente, decirle que eres abogado, que te han encargado machacarle, que sospechas que está infringiendo una patente (además de hacer competencia desleal a tu cliente), y que, para evitar problemas, te deje un tiempo una de sus maquinitas para que tú y tu perito hagáis tranquilamente el peritaje. Ah, y que, de paso, te deje echar un vistazo a su contabilidad (si es que la tiene, claro) y que te permita sacar copia de la misma en presencia de Notario, para, así, si todo te cuadra, le metas (con más razón que un Santo) un querella que le llevará a la cárcel un tiempo (el suficiente como para que se dé cuenta de que lo que hizo estaba mal), y luego, tan amigos.