jueves, 26 de octubre de 2006

¿POR QUE HAY ABOGADOS TAN VACILONES?

Más adelante dedicaré un comentario más extenso a los tipos de abogados que corren por esos mundos de Dios, pero ahora me interesa destacar a uno basante frecuente: el abogado vacilón.
Con este calificativo me refiero a aquellos que parecen engreídos, que se presentan como sobrados de conocimientos y con tal aplomo en sus comentarios que, más que seguridad en lo que dicen, lo que demuestran es un ánimo de arrollar al interlocutor y llamarle burro. Son esos que, cuando hablan (porque no se puede decir que dialoguen, precisamente) sientan cátedra y quieren hacerte sentir a ti como un idiota que ha osado entrar en su terreno o interferir en sus decisiones. Un ejemplo habitual: dos clientes enfrentados por un problema; cada uno con su abogado; el abogado de uno de los clientes manda un requerimiento a la parte contraria (o presenta una demanda contra la misma); el abogado de requerido (o demandado) llama al primer abogado y le suelta algo así como: <<es que aquí no hay tema; ya me dirás, ¿adónde quieres ir a parar con esa demanda que no tiene fundamento alguno?; ya le he dicho a mi cliente que no haga ni caso y que siga igual que antes>>. A continuación, el mismo abogado vacilón (para el que la actuación de su compañero ha sido una verdadera memez sin fundamento), le sigue diciendo algo así como: <>.
Vamos a ver:
Primero: Me pregunto ¡cómo se puede ser tan memo como para llamar a un abogado para decirle que es un retrasado y, acto seguido, proponerle un posible acuerdo!. Si tan idiota es la actuación de un abogado, ¿se toman la molestia de restregártelo por la cara y querer pactar?. ¿En qué quedamos? Desde luego, el memo es el que ante una (supuesta) idiotez quiere pactar, porque si tan santo es su cliente y tan bien asesorado está, ¿para qué va a tener que pactar? ¡Pues vete al juicio y que machaquen al abogado idiota y le condenen en costas!
Segundo: Creo que no sólo se han perdido los modales y usos de cortesía profesional, sino que observo que hay gente que no tiene la más mínima educación.
Tercero: observo también que el abogado vacilón ¡se cree lo que dice aun cuando le dan un revolcón en el juzgado!! He visto casos realmente patéticos, en los que el vacilón, después de haber perdido todas las instancias judiciales le suelta al abogado vencedor: "Es que no tenéis razón". Pues mira, enteradillo, con razón o sin ella, te he ganado.
Cuarto: lo que me pregunto es si el abogado vacilón con otro abogado lo es también con el propio cliente, porque si es así, ahora ya lo entendería: los humanos somos así.
Quinto: lo mejor del especimen del abogado vacilón es que se acaba creyendo que te hace sentir idiota, y no parece darse cuenta del ridículo que hacen ellos.
¿Será que la profesión les hace vacilones, o será que los vacilones se dedican al Derecho?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta semana me he topado con una compañera vacilona. Lugar : pasillo del juzgado, ese marco incomparable y habitual para todo tipo de negociaciones de última hora. Resulta que en un procedimiento de divorcio, ante el impago de pensiones me veo en la obligación de solicitar ejecución de sentencia por cantidades líquidas (deuda de pensión) e ilíquidas (gastos extraordinarios), tal y como lo viene haciendo algún que otro juzgado. Pues bien, ante la oposición a la ejecución, llegamos al día de la vista por las cantidades ilíquidas y antes de entrar a la vista, y tal y como vengo haciendo desde que empecé en esta profesión, saludo a la compañera, me presento y le pregunto si hay posibilidad de evitar el juicio. Con una entonación de lo más vacilona me propone que desista de la ejecución líquida (unos 9000 euros) para evitar la oposición de la ejecución ilíquida (90.-€ de la mitad de un gasto extraordinario). Increíble. La verdad es que no pude ni contestar ante la generosidad de la oferta, pero esa actitud me hizo abrir los ojos. Antes de tanta muestra de generosidad, no entendía cómo un abogado que no sea de oficio (por aquello de los honorarios e imposición de costas) puede aconsejar a su cliente oponerse a una ejecución cuya cuantía es de 90 euros. Como era de esperar, desestimaron sin vacilar la oposición a la ejecución y le impusieron las costas al cliente de la vacilona. Yo me pregunto, ¿ Qué le habrá costado al cliente de la vacilona todo el proceso vacilón, entre procurador, honorarios y costas? Supongo que se puede decir aquello de que le ha salido más caro el collar que el perro. ¿ La vacilona le habrá cobrado encima honorarios vacilones?. Menos mal que al auto no se le puede vacilar (léase recurrir), que en ese caso tendría vacilona para rato.

Joaquim dijo...

Tiene narices. Y pensar que con una llamada de teléfono (¿1 euro de coste?) se habría podido evitar todo...

Si una va en taxi al Juzgado, le puede costar entre 3 y 5 euros; una hora (mínimo)por la asistencia a la vista debe salir por entre 60 (en plan baratero) y 150 euros de coste profesional. Y ya ni me planteo el tiempo que habrá invertido en estudiar tan enjundioso caso para poder oponerse...Si a ello añadimos el coste del otro abogado (tres cuartos de lo mismo) y el coste institucional (juez, secretario, luz, papel, amortización ordenador, bla, bla), ¡qué fuerte!

Anónimo dijo...

Yo creo que muchos vacilones nos dedicamos al Derecho :P

Mis felicitaciones por el blog, acabo de descubrirlo y pienso darle un repaso completo.

Un saludo.

Joaquim dijo...

Tienes razón, AB Sevilla. Somos muchos los que entramos en un tema pensando "voy a comerme el mundo". Pero luego la puerta de la justicia nos da en toda la cara y el rabo se nos coloca entre las piernas...Pero aun así, siempre habrá un genio y figura que mantendrá el tipo hasta la sepultura. C'est la vie, mon amie