miércoles, 30 de agosto de 2006

¿Qué vamos a encontrar aquí?

Dicen que el sentimiento de justicia es algo consustancial al ser humano.
Recuerdo que hace unos años, visitando con varias personas un bonito restaurante que tenía jardines, estanques y unas maravillosas vistas al mar, se cruzó en mi camino una grupo de 3 patos que campaban a sus anchas en el lugar, ajenos a la presencia humana; 2 de ellos perseguían al tercero y le arreaban picotazos en la cabeza; me invadió un no-sé-qué, abandoné el grupo y mi reacción fue saltar en defensa del tercer pato ahuyentando a los maltratadores (o vengadores, vete tú a saber lo que allí debió haber pasado). ¿Fue esa reacción una manifestación del sentimiento de justicia?. Yo creo que sí, aunque ni me lo planteé, como tampoco me planteé si esa reacción podría dar lugar al "Proyecto Pato" para crear un lobby en favor de los derechos de los animalillos (cosa que, por cierto, no he hecho).
Pero ocurre que las personas tenemos distintos grados de sensibilidad.
Por eso, ante la agresión de los patos y mi reacción, unos ni siquiera se percataron de la defensa (tal vez ni de la presencia de patos), otros quedaron estupefactos y callaron (¿acaso vergüenza por no haberlo hecho ellos antes, o simplemente quisieron evitar exteriorizar que creían que estaba loco?), y otra persona se atrevió a decir que eso sólo se me podía ocurrir a mí y que ello decía mucho en mi favor. La visita siguió como si nada, y nunca más se supo de los patos. Sólo de vez en cuando me pregunto si el pato perseguido llegó a tener conciencia de mi reacción.
Es a las personas sensibles a las justicias y a las injusticias a quienes les puede interesar leer estas divagaciones y comentarios.
Ese sentimiento de justicia me llevó a dedicarme profesionalmente a la justicia (no desvelaré aún de qué manera ni qué funciones he tenido), y ahora es lo que me impulsa a hablar de ella, de los personajes y personajillos que pululan a su alrededor, de su triste y patética realidad que, entre todos, hemos contribuido a embrutecer e impedir. También hablaré de quienes aún creen en ella, de lo que hacen y dicen, de los obstáculos que encuentran y de las minas mortales que siempre alguien está dispuesto a sembrar. De los que hacen las leyes y de los que las deshacen. De leyes y proyectos, de entuertos y acciones gloriosas, de contradicciones humanas, de deseos y frustraciones. En fin, de la vida.
Pero me propongo dulcificar (si es posible) las críticas con humor, ironía o sarcasmo pues alguien dijo que:

El hombre es el único animal que sufre tan intensamente que ha
tenido que inventar la risa

Que esto sirva a alguien, no lo sé. Al menos a mí me ayudará a descargar la conciencia y a desahogarme ya que en otros foros hay susceptibilidades demasiado finas...e hipócritas.

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