miércoles, 30 de agosto de 2006

Pequeñas injusticias en los Tribunales

Uno de los ámbitos en los que se cuecen cuestiones de justicia es, precisamente, el de los Tribunales.
Allí, jueces y magistrados, abogados, secretarios, oficiales, peritos y procuradores, se encargan de decir lo que es justo o no.
Sin duda, la última palabra la tienen siempre los jueces, personajes a los que se les pueden dedicar muchas páginas y estudios, no sólo jurídicos, sino también psicológicos. Pero de ellos y su tipología hablaremos en otra ocasión.
Ahora que estamos en el fin de las vacaciones estivales, me viene a la cabeza algo que parece una contradicción: ¿cómo es posible que los jueces, a quienes se ha encargado "impartir justicia", cometan injusticias?.
No voy a hablar ahora de las injusticias que se pueden cometer al resolver un asunto (dándole la razón al que no la tiene), sino de las injusticias que se cometen en el día a día y en cuestiones, a veces, de trámite.
El verano ya llegó.
Veamos: el mes de julio es, tradicionalmene, un mes temido por los abogados y procuradores pues saben que durante ese mes se producen muchos señalamientos (comparecencias, juicios, presentación de escritos de alegaciones, interposición de recutrsos, etc), hasta el punto de que algunos abogados tienen que hacer verdaderas filigranas para mantener una agenda de trabajo que les permita preparar razonablemente bien los casos y, sobretodo, atenderlos correctamente todos.
Las razones de tal acumulación de asuntos o trámites, desde luego, no puede obedecer a la tramitación normal de un caso, pues ello supondría dar por supuesto que todos los asuntos (o la mayoría) se inician y se tramitan al mismo tiempo, lo que es falso: los asuntos empiezan cuando empiezan, y su tramitación depende de muchos factores (sencillez o no del caso, carga de trabajo de los tribunales, intervención o no de peritos, suspensiones de actos o juicios por causas de fuerza mayor, pruebas que llegan tarde, las ganas de trabajar de un juez, posibles permisos especiales que se piden por los jueces para asistir a cursos de formación, indisposiciones de abogados o partes, etc).
Por tanto, sólo nos queda analizar si existe alguna razón especial por la que los jueces hacen tantos señalamientos pra el mes de julio. Y creo que existe una: su sueldo.
Efectivamente, desde hace unos años se ha instaurado en España un sistema de retribución variable a los jueces, retribución que se hace depender, entre otros factores, del trabajo que realizan. Mejor dicho: del volumen de trabajo que realizan. En otras palabras: cuantos más asuntos acaban, más cobran, sin que exista ningún elemento que sirva para evaluar la calidad de ese trabajo. Por tanto, trabajen bien o mal, lo importante es que los jueces acaben asuntos en un número que se les fija anualmente, como si de un comisionista se tratase. Y como el año judicial acaba en julio (agosto no es hábil, salvo contadas excepciones), creo que aquí está la razón: llegado el mes de mayo o junio, quien más quien menos ya piensa en sus vacaciones y en si va a tener aumento de sueldo o no el año siguiente. ¿Van a ser los jueces una excepción?. Supongo que no, pues también son personas, comen lo mismo que el resto de mortales, se visten igual, necesitan un cobijo, pagan hipoteca y suelen desplazarse en coche. ¿Qué ocurre entonces? Pues que se acuerdan que no van bien de números (de asuntos acabados), que no van a cobrar los incentivos y que, a lo mejor, les dan incluso una reprimenda por no trabajar tanto como su vecino, el juez de al lado. ¿Qué hacen entonces? Pues señalar muchos juicios, dar caña al personal e intentar comerse rápido lo que no han hecho en un año. Y claro, pasa lo que pasa cuando se come deprisa: que llegan las indigestiones (sentencias poco argumentadas, abogados que no pueden lucir su trabajo...).
Por tanto, no se trata ya de que con tanto señalamiento se le amarguen a uno -especialmente, si es abogado o procurador- las vacaciones (a las que se llega exhausto), sino de que el trabajo no se hace bien, o se hace bien pero asumiendo riesgos innecesarios.
Y ya no digamos cómo se le queda el cuerpo a más de un abogado a quien se le pone un señalamiento o un plazo que empieza a correr a finales de julio y, como por encaje de bolillos, se tiene que cumplir durante la primera semana de septiembre.
¿Estamos ante una injusticia? Sinceramente, creo que sí. Según mi percepción, tan injusto es el que da la razón a quien no la tiene (y da igual que ello se deba a una intencionalidad del juez o a su falta de estudio del caso), como el que sin llegar a ese extremo se dedica sólo a cuidar de sí mismo y a hacerle la vida imposible a los demás.
Las esperas
Me sorprende que, por un lado, algunas estadísticas que publica el Consejo General del Poder Judicial concluyan que las esperas de los juicios no son excesivas, mientras que algun Colegios de Abogados (por ejemplo, el de Barcelona) hayan creado comisiones para relacionarse con los jueces e intenten establecer criterios de lo que se entiende como una espera razonable y asumible que evite situaciones a veces grotescas (de esperas de horas).
Con la antigua Ley de Enjuiciamiento Civil, se dio un caso en el que una de las partes del juicio fue citada para tomársele declaración (se trataba de una confesión, o lo que hoy es un interrogatorio). Se le citó a las 11:00. Mala hora -vaticinó el abogado-; es la hora del desayuno. Y así fue: a las 11 menos 5 minutos, la juez abandonaba su juzgado con destino desconocido -aunque imaginable, pues se dirigió a la puerta de salida del edificio-; regresó a las 12, entró en su juzgado y volvió a salir de él con destino desconocido -aunque otra vez imaginable, pues se dirigió en dirección a unas dependencias del interior del edificio-; al cabo de 10 minutos, regresó; y transcurridos otros 15 minutos, la persona que había sido citada a declarar y su abogado fueron llamados por un oficial de justicia para entrar en el despacho de la juez; la única frase que ésta dirigió -sin dirigirles la mirada- a los pacientes interesados fue: siéntese, le voy a hacer unas preguntas y Vd me debe contestar si es cierto o no. Así. Sin más. Sin mentiras piadosas siquiera. Y como el interrogatorio era largo, al finalizarlo, la juez tenía prisa por imprimir las respuestas del interrogado, que firmara en conformidad y acabar así -la juez- su jornada laboral (pues ya eran las 13:45 horas). Ante el comentario del abogado en el sentido de pedir que se permitiera al interrogado leer por sí mismo las respuestas (para comprobar si se habían recogido fielmente por el oficial de justicia al mando del ordenador), la juez se molestó e insinuó que si se hacía así no iban a salir nunca del juzgado y que ella tenía otras muchas cosas que hacer. El interrogado leyó a toda prisa y advirtió que su nombre se había escrito mal. Eso no tiene importancia -espetó la juez-; para mí sí -contestó el particular-: si me da la razón, quiero que sea a mí y no a otro.
¿Es esto una injusticia? Me temo que sí. Quien acude a un tribunal es porque ya no tiene otra salida su problema, y porque es el propio Estado el que le obliga a exigir sus derechos a través de los Tribunales. Por eso, y porque toda persona se merece un respeto, el particular (y el abogado) se merecían puntualidad, educación y consideración. ¿Algo de eso se enseña en la Escuela Judicial?
Embarazos difíciles
No hace mucho, se publicó que a una abogada que estaba teniendo un embarazo de riesgo se le señaló un día para un juicio en un juzgado de familia. El día señalado estaba muy próximo al del parto previsto, lo que se comunicó a la juez con el oportuno informe médico, pidiéndose un aplazamiento. No sin un cierto malestar ante la solicitud de aplazamiento del primer señalamiento (creo recordar que, casualmente, era en el mes de julio), la juez en cuestión fijó otro día (unos 5 días después del parto). Tuvo que intervenir una comisión especial del colegio de abogados de Barcelona para que el aplazamiento fuera más largo, a lo que, finalmente, la juez accedió, no sin antes haber tenido que intervenir la juez decana de Barcelona, quien debió dar un toque de atención a tan sensible juez de familia...
El asunto tiene su gracia: se trataba de dos mujeres (la juez y la abogada), lo que me lleva a pensar que podría haber existido una mayor comprensión del problema; sucedió en un juzgado de familia (donde se supone que se ven cada día asuntos relacionados con estas cuestiones), en el que están adscritos jueces especializados.
¿Tan ciega es la justicia que no sabe valorar un embarazo de riesgo y que a los pocos días del parto una mujer no está como para pelearse dialécticamente en un juzgado?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No se si alguien leerá esta queja, se que no es nada trascendental, se que desgraciadamente hay cosas muchísimo peores, pero esto es una injusticia y utilizo la oportunidad que se me brinda para expresar mi impotencia frente a la decisión totalmente equivocada de unos Dioses llamados Jueces.

Intentare ser breve, pues cuanto mas sencillamente exponga el caso mas fácil será de comprender.

Yo, soy cabeza de familia, tengo 4 hijos, por circunstancias he tenido que componérmelas sola para salir adelante, entre otros trabajos un día decidí que con algo de ayuda (préstamo para mujeres con cargas familiares, que aun estoy pagando) abriria una tienda de ropa, ya que por la edad entonces 48 años, no tenia mucha facilidad para acceder a un puesto de trabajo, ya que también por circunstancias estaba desentrenada, o sea años en paro (sin cobrar) Bien el tema es que con mucho estirar los 11.000€ conseguí abrir una tienda, en calle de 2º orden claro por el coste del alquiler, compraba genero y lo vendía, pero la cosa no daba apenas para los gastos y viendo que la tienda estaba bastante vacía, recurrí a una empresa que dejaba la ropa en deposito y yo le abonaba semanalmente las ventas. Previamente me dieron un CD con la colección de moda que supuestamente me servirían(preciosa la ropa del CD, muy parecida a lo que yo estaba vendiendo). todo me parecía estupendo y mi salvación, firme el contrato por un año.

Esta empresa (de una sola persona y su acompañante y novio), que a su vez era la que compraba (en contenedores de esos que se venden al peso) la que repartía, la que cobraba y hacia inventarios, o sea todo. Me engaño, me servia ropa barata y desfasada de la que uno puede comprar en el mercadillo por la mitad de lo que yo me veía obligada a vender, esto supuso que yo perdiera la poca y buena clientela que tanto me había costado hacer. me queje en repetidas ocasiones, por teléfono y e-mail, no sirvió de nada, por ultimo me trajeron la ropa de cambio de temporada y por su única decisión me endosaron ropa llamada por ellos oulet, que no era ni mas ni menos que ropa desfasada de unas 10/15 temporadas atrás de marcas de renombre en plan chollo, Dios mío el chollo como siempre era para ellos. Es como si yo a Ud le hago firmar un contrato obligándole a que me compre 1000/5000 artículos del mercadillo y a que los venda al doble para enriquecerme en un 500%, llegue a ver en las tiendas de los chinos collares que ellos me vendían a mi a 1€ para yo venderlos a 2€ por 0.05 céntimos. Me revele y les dije que se llevaran todo y que descontaran del deposito que tenían mío de 6.000 € la deuda que pudiera haber pendiente por mi parte.

Su reacción fue dejarme con todo ese montón de trapos invendibles y exigirme el pago de la deuda en aquel momento de unos 150 €,quedarse con los 6000€ de deposito como indemnización por no cumplir el contrato, yo insistí con que se lo llevaran todo. Ellos decidieron denunciarme.

Ganaron el juicio, recurrí y volvieron a ganar el juicio, la primera juez dio por valido como testimonio el de SU NOVIO o pareja de hecho, (el que siempre la acompañaba a descargar) que además resulta ser un INSPECTOR DE POLICIA CIENTIFICA,

Y me pregunto yo, que esta ocurriendo aquí????? mi "abogado" no me aconsejo bien, me hubiera gustado defenderme yo personalmente, al menos me hubiera quedado a gusto diciendo toda la verdad.

Mañana tengo que pagarles los primeros 1700 € y devolverles su montón de basura ("ropa") valorada en 14000 € cuando se podría comprar un trailer tratándose de esa calidad con el mismo dinero. Las costas del primer juicio se me imputaron a mi, 5600 €y las del segundo tambien, 2700 € ademas le tengo que abonar 5000 € de diferencia en el balance que se hizo, que por otra parte era imposible de llevar a cabo, ya que la ropa era un mar de cosas distintas, incontables, con mas de una referencia, nadie fue capaz de hacerlo, nos limitamos a sacar una regla de tres simple y como siempre a su favor. Total unos 18.000 € ahora solo me queda esperar el embargo ya que no dispongo de esa cantidad.

Por favor, si alguien es capaz de luchar contra estas VERGUENZAS que me eche una mano, yo no tengo medios y estoy muy decepcionada con tanta IN-JUSTICIA

Gracias infinitas a aquellos que hayan tenido la paciencia y la bondad de leerme hasta el final, espero que sirva para algo.

Anónimo dijo...

No se si alguien leerá esta queja, se que no es nada trascendental, se que desgraciadamente hay cosas muchísimo peores, pero esto es una injusticia y utilizo la oportunidad que se me brinda para expresar mi impotencia frente a la decisión totalmente equivocada de unos Dioses llamados Jueces.

Intentare ser breve, pues cuanto mas sencillamente exponga el caso mas fácil será de comprender.

Yo, soy cabeza de familia, tengo 4 hijos, por circunstancias he tenido que componérmelas sola para salir adelante, entre otros trabajos un día decidí que con algo de ayuda (préstamo para mujeres con cargas familiares, que aun estoy pagando) abriria una tienda de ropa, ya que por la edad entonces 48 años, no tenia mucha facilidad para acceder a un puesto de trabajo, ya que también por circunstancias estaba desentrenada, o sea años en paro (sin cobrar) Bien el tema es que con mucho estirar los 11.000€ conseguí abrir una tienda, en calle de 2º orden claro por el coste del alquiler, compraba genero y lo vendía, pero la cosa no daba apenas para los gastos y viendo que la tienda estaba bastante vacía, recurrí a una empresa que dejaba la ropa en deposito y yo le abonaba semanalmente las ventas. Previamente me dieron un CD con la colección de moda que supuestamente me servirían(preciosa la ropa del CD, muy parecida a lo que yo estaba vendiendo). todo me parecía estupendo y mi salvación, firme el contrato por un año.

Esta empresa (de una sola persona y su acompañante y novio), que a su vez era la que compraba (en contenedores de esos que se venden al peso) la que repartía, la que cobraba y hacia inventarios, o sea todo. Me engaño, me servia ropa barata y desfasada de la que uno puede comprar en el mercadillo por la mitad de lo que yo me veía obligada a vender, esto supuso que yo perdiera la poca y buena clientela que tanto me había costado hacer. me queje en repetidas ocasiones, por teléfono y e-mail, no sirvió de nada, por ultimo me trajeron la ropa de cambio de temporada y por su única decisión me endosaron ropa llamada por ellos oulet, que no era ni mas ni menos que ropa desfasada de unas 10/15 temporadas atrás de marcas de renombre en plan chollo, Dios mío el chollo como siempre era para ellos. Es como si yo a Ud le hago firmar un contrato obligándole a que me compre 1000/5000 artículos del mercadillo y a que los venda al doble para enriquecerme en un 500%, llegue a ver en las tiendas de los chinos collares que ellos me vendían a mi a 1€ para yo venderlos a 2€ por 0.05 céntimos. Me revele y les dije que se llevaran todo y que descontaran del deposito que tenían mío de 6.000 € la deuda que pudiera haber pendiente por mi parte.

Su reacción fue dejarme con todo ese montón de trapos invendibles y exigirme el pago de la deuda en aquel momento de unos 150 €,quedarse con los 6000€ de deposito como indemnización por no cumplir el contrato, yo insistí con que se lo llevaran todo. Ellos decidieron denunciarme.

Ganaron el juicio, recurrí y volvieron a ganar el juicio, la primera juez dio por valido como testimonio el de SU NOVIO o pareja de hecho, (el que siempre la acompañaba a descargar) que además resulta ser un INSPECTOR DE POLICIA CIENTIFICA,

Y me pregunto yo, que esta ocurriendo aquí????? mi "abogado" no me aconsejo bien, me hubiera gustado defenderme yo personalmente, al menos me hubiera quedado a gusto diciendo toda la verdad.

Mañana tengo que pagarles los primeros 1700 € y devolverles su montón de basura ("ropa") valorada en 14000 € cuando se podría comprar un trailer tratándose de esa calidad con el mismo dinero. Las costas del primer juicio se me imputaron a mi, 5600 €y las del segundo tambien, 2700 € ademas le tengo que abonar 5000 € de diferencia en el balance que se hizo, que por otra parte era imposible de llevar a cabo, ya que la ropa era un mar de cosas distintas, incontables, con mas de una referencia, nadie fue capaz de hacerlo, nos limitamos a sacar una regla de tres simple y como siempre a su favor. Total unos 18.000 € ahora solo me queda esperar el embargo ya que no dispongo de esa cantidad.

Por favor, si alguien es capaz de luchar contra estas VERGUENZAS que me eche una mano, yo no tengo medios y estoy muy decepcionada con tanta IN-JUSTICIA

Gracias infinitas a aquellos que hayan tenido la paciencia y la bondad de leerme hasta el final, espero que sirva para algo.

Joaquim dijo...

Apreciada Sra:

lamento mucho lo que nos cuenta, aunque haya cosas que no acabo de entender. Comprenda que en unos comentarios breves como los que se hacen en este blog, se hace difícil entender todos los detalles de una relación comercial que ha mantenido con esa "empresa".

Lo único que puedo decirle es lo siguiente:

1.- si, como dice, ya ha pasado por la primera instancia y la apelación, es muy difícil 8si no ya imposible) seguir discutiendo o no en el ámbito civil.

2.- Yo le aconsejo que vaya a ver a su abogado y le pida que se lo explique todo con detalle y de manera que Vd pueda comprender. Aunque el caso haya terminado, Vd tiene todo el derecho del mundo a saber por qué le está pasando lo que le está pasando. Además, pídale a su abogado las sentencias y léalas Vd misma. Ya sé que a veces es difícil comprender lo que dicen los jueces, pero estoy seguro de que una mujer de negocios como Vd podrá hacerlo.

3.- Si no tiene recursos económicos pero aún no está convencida de lo que le ha pasado, vaya a buscar un abogado de oficio (diríjase al Colegio de Abogados de su localidad y allí le informarán de los trámites). Cuando vaya a ver al abogado que le toque, llévele los antecedentes del caso (las sentencias) y todo cuanto tenga relacionado con el tema. Sea sincera con él/ella y pídale que también lo sea con Vd. intente sensibilizarle con su problema.

4.- Plantéele si, a la vista de los documentos y explicaciones que Vd le dé, podría prepararse una querella por estafa. El abogado comprenderá lo que le digo. Básicamente, se trataría de buscar las pruebas que puedan acreditar que le engañaron al iniciar relaciones con esa empresa, mostrándole unos productos (los del CD) que luego no se correspondían con los recibidos (para muestra, los que dice Vd que fueron valorados: bastaría con ver el informe pericial, su fecha y los pedidos y facturas).

5.- Por último, y de cara al futuro: si tiene que hacer alguna vez algún otro negocio (o conoce a alguien querido que desee hacerlo), le aconsejo que antes se asesoren con un abogado de confianza. Un dinero invertido al principio nos puede ahorrar disgustos en el futuro.

Espero que le sea de ayuda, y mucha suerte.

Anónimo dijo...

Estimado Joaquín, le agradezco profundamente el tiempo que altruistamente me ha dedicado en su respuesta. Es tremendamente satisfactorio para mi comprobar que afortunadamente aun existen PERSONAS con ideales, valores y humanidad.
Lo mío ha sido una cuestión de mala suerte, poca información y demasiada fe en el prójimo.
Siempre se aprende de los errores y ya nunca volveré a apostar por ganarme la vida de forma autónoma, hay demasiada crueldad y picaresca en el mundo del comercio y en la vida misma.
Realmente estoy decepcionada, pero al menos me consuela saber que una persona de su capacidad ha conocido mi terrible injusticia, después de haber escrito al defensor del pueblo y recibir su respuesta, aun me sentí mas decepcionada.
Creo que ya es hora de enterrar este asunto y confiar en que por esas cosas del azar algún día al no poder conciliar el sueño, los injustos, vean pasar ante sus ojos, los de su conciencia a todos y cada uno de aquellos a los que ofendieron, escarnecieron, manipularon y sometieron a tanto dolor y tanta impotencia.